Después de tres semanas al alza, la bolsa española se tomó un respiro. Cierto que no fue por propia voluntad, ni siquiera por cuestiones principalmente nacionales, pero el IBEX se dejó en las cinco últimas sesiones un 2,3 por ciento y cerró por debajo de los 10.900 puntos. La crisis en Ucrania se puso de nuevo en primera línea de las preocupaciones y por supuesto, la incertidumbre sobre el resultado del referéndum en Escocia del próximo día 18. Varios bancos británicos importantes han anunciado su salida de Escocia si triunfa el sí a la independencia. Parece que las últimas encuestas muestran un aumento de los no partidarios, pero no cabe duda de que es un factor de incertidumbre y obviamente no se sabrá el resultado hasta que cierren las urnas.
En clave interna, hay que anotar la muerte repentina del presidente del Banco Santander, Emilio Botín, que dejó helados a todos incluidos los mercados. La acción del banco sufrió una caída del 2 por ciento en la apertura de la bolsa el pasado miércoles, aunque fue corrigiendo durante el día, según se iban tomando decisiones. Todo fue tan rápido, que de hecho por la tarde ya estaba nombrada la sucesora. Ana Botín presidirá el primer banco de España y todo apunta a que continuará con la política de su padre que tan buenos resultados ha dado. Los mercados se tranquilizaron y la acción apenas cayó un 0,6 por ciento. En la semana que empieza, los inversores seguirán pendientes de Ucrania y Escocia, pero también de la reunión de la Reserva Federal y en clave interna de los resultados de Inditex.
Por cierto que se cumplen seis años ya de la crisis de Lehman Brothers. Desde entonces, la bolsa norteamericana, Wall Street, está en máximos históricos. No así el selectivo español IBEX que aún está un 31 por ciento por debajo de los niveles que tenía entonces. Los expertos tienen ahora sus expectativas fijadas en la recuperación de los 11.000 puntos y en la aplicación y resultados de las medidas tomadas y anunciada para octubre por el BCE. Hay bastante división de opinión entre los expertos sobre la bondad de estas medidas. Lo que está claro es que Europa se estanca y eso puede perjudicar a las economías que como la española empiezan a salir del túnel. La baja inflación preocupa y mucho, pero también los bajos o nulos crecimientos de economías grandes como la alemana o la francesa. Lo ha dicho la OCDE, España mejora, ha hecho bien los deberes, pero tiene que seguir en ese camino de reformas para reducir más y más deprisa su alta tasa de paro, sobre todo juvenil.
Carmen Tomás