A falta de «edredoning», buenos son unos polvos fingidos. A falta de semen real, a conformarse tocan con condones rellenos de espuma de afeitar. En 'Gran Hermano' lo que mejor ha funcionado siempre es calentar al personal, y para la organización cualquier cosa es buena con tal de lograrlo.
Quizás en esta edición tampoco tengan que seguir insistiendo con tamaños fingimientos, viendo cómo Omar sigue intentando hacer caso a Mercedes Milá, cuando le dijo el pasado jueves eso de «tú lo que tienes que hacer es pinchar, pinchar y pinchar». Aunque la presentadora no hablaba al estilo de Amador en 'La que se avecina' y se refería simplemente a la prueba de los globos, parece que el concursante se lo tomó literal y no parece que vaya por mal camino.
Paula ya se deja querer e incluso le ha comentado que «me encanta despertarme contigo». Sin duda poco tiene que ver con esa declaración romántica de él de «quiero que hagamos el amor… como animales…», pero ella ya no persevera en lo de que no quiere tener relaciones sexuales dentro de la casa por lo que pudiera pensar su familia.
Ahora se ampara en su abuelita, aduciendo que quizás a ésta no le importaría mucho que lo hiciera si ve a su nieta tan feliz en compañía de Omar. De ahí a dar el paso faltan tres carantoñas más después de una noche loca, y a ser posible después de tres «pelotazos» o frases tan cursis como las que le ha venido dedicando últimamente ( «Yo nunca te voy a dejar sola ni te voy a hacer daño», «Tienes que quitarte los muros porque, si no, no vas a a ser feliz» o «Yo muero de amor»).
Hasta que llegue ese momento, la audiencia salidorra que siempre espera ver algo más que palabras en este programa se tendrá que conformar con los gemidos falsos que puedan volver a hacer el resto de concursantes, como los que hicieron durante el fin de semana intentando imitar los orgasmos fingidos de una película porno.
Quizás esos sonidos que hizo por ejemplo Paco no le gustaron mucho a la audiencia y ahora está en su casita o en su taxi, esperando a alguna de esas clientas que dicen caían bajo su «embrujo» o a la mismísima Mercedes Milá, la misma que le recibió en el plató desabrochándose los tirantes de ese peto hilarante con el que la habían vestido (quiero creer que ella no tiene tan mal gusto para haberlo elegido).
Su «destape» tuvo mucho menos gracia, por no decir ninguna, que la broma que Omar, siempre Omar, quiso gastar a Alejandra y Yolanda, introduciéndolas un condón relleno de espuma de afeitar en su cama. Vitín y Yoli comentaron la jugada, diciendo el primero que él no produce eso ni en un mes, pero que Paco sí. Miedo me da coger a partir de ahora un taxi en Madrid.
La mosca