Pedro Sánchez llamó directamente el pasado 17 de septiembre a Jorge Javier Vázquez durante su programa de «Sálvame» para aclarar su postura sobre el maltrato animal tras las críticas del popular presentador de Telecinco a la salvajada taurina del «Toro de la Vega», en el término municipal de Tordesillas, en la que se tortura un toro lanceándolo hasta conseguir su muerte. Jorge Javier Vázquez había expresado públicamente su disgusto por este evento permitido por un alcalde socialista, añadiendo que dejaría de votar al PSOE.
Parece que de esta conversación salió un compromiso de Pedro Sánchez contra estos eventos, expresión cruel de un lamentable maltrato animal frecuente en España y que no es aceptable en una sociedad civilizada moderna. En nuestro país no sólo se maltratan animales en fiestas populares sino que también hay quienes los maltratan en el ámbito privado, lo que pone en evidencia no sólo el desprecio por la vida, integridad y salud de los animales sino también una mentalidad que menosprecia nuestro entorno, tanto animal como vegetal.
Es la actitud de quienes piensan que todo lo creado está a disposición discrecional de los humanos, amos del mundo que nos rodea y del universo. No es una postura que esté al día. Cada vez más hay la consciencia de que la especie humana sólo es una parte de la creación en la que estamos integrados con todo lo demás, desempeñando cada cual su papel. Nuestra humanidad, nuestra inteligencia, no nos da derechos especiales de pernada sobre el resto de la creación que hemos de cuidar, interactuando con ella de forma ecológica y descartando la crueldad y el maltrato no sólo animal sino también con relación a las plantas y todo nuestro ecosistema.
Es esperanzador que un político, en este caso Pedro Sánchez, tenga la valentía de tomar este toro por los cuernos, por así decirlo, comprometiéndose con una ley para erradicar decididamente el maltrato animal lo que, sin duda, nos equipararía a otros países europeos adelantados. Por de pronto, tras esta conversación, el PSOE ya ha presentado en el Congreso de los Diputados una Proposición no de Ley instando al gobierno a ir en esta dirección. La ley es necesaria para imprimir una dirección acertada, pero es la propia sociedad la que debe cambiar y erradicar firmemente estas prácticas que nos asemejan más a países sin educación. El respeto ecológico de la naturaleza, que incluye el rechazo al maltrato animal, es una clara expresión de ser civilizado en este siglo XXI y está asumido en la UE.
Quienes en España tienen un credo y una fe católica harían bien en recordar al fantástico Francisco de Asís, santificado por la Iglesia, que consideraba que todos los animales, por diminutos que puedan ser o por peligrosos que puedan parecer, son nuestros hermanos y deben ser respetados.
Erradicar el Toro de la Vega es algo imprescindible, pero también lo es suprimir otros festejos crueles con toros o con otros animales. Los correbous son un espectáculo lamentable por proscribir como pueden serlo cucañas con animales vivos u otros espectáculos semejantes en los que se les lanza al vacío desde campanarios. Sorprende que sus párrocos se olviden tan fácilmente de su Santo de Asís. En Barcelona proscribieron los toros, por razones nacionalistas más que de respeto a los animales, por distinguirse del resto de España y parecer más europeos. Lo mismo hicieron en San Sebastián por las mismas razones y la evidencia de que éstos son los malos motivos para una postura acertada es que, realizada la acción propagandista, no han actuado con los demás festejos en los que se sigue maltratando animales, como en el resto de España.
Pedro Sánchez muestra un liderazgo necesario en una cuestión en la que los dirigentes políticos suelen preferir mirar para otro lado o incluso ensalzar la mal llamada fiesta nacional. Recientemente una conocida política conservadora llegó a calificar de “antiespañoles” a quienes rechazan las corridas de toros. Luego se desdijo, pero su espontanea afirmación reflejaba ciertas corrientes anticuadas de pensamiento. Si se aprueba esa Ley contra el maltrato animal, compromiso público adquirido por el Secretario General del PSOE, se tendrá que profundizar en las oportunas definiciones porque no bastará con eliminar lamentables festejos populares crueles con animales, otros eventos se perfilarán también en el punto de mira como las peleas de gallos y las propias corridas de toros.
Naturalmente, hay cosas más importantes, dirán algunos con razón. Precisamente, Pedro Sánchez en un artículo publicado el pasado 22 de septiembre ofrece una solución razonable para intentar remediar el desnortado secesionismo catalán y mejorar, asimismo, la calidad de nuestra convivencia reformando y actualizando nuestra Constitución. Pero ocuparse de lo más importante no puede ser pretexto para descuidar otras cuestiones.
Carlos Miranda
Embajador de España
Carlos Miranda