Cada día hacen más méritos para entrar en la Real Academia de la Lengua. Si fuera por insultos y por chabacanerismo ya no sólo tendrían su sillón en la RAE sino hasta un cheslong para cada uno. El “carabanchelero” y la “hawaiana” de ‘Gran Hermano’ son los típicos ejemplos de lo que no tienen que ver los niños en televisión. Por mucho que los pueda defender su ilustrísima Mercedes Milá.
Ha bastado una supuesta broma de la chica hacia Lucía, la mujer que le había quitado “su” hombre, a la que llamó “putanesca”, para que, tras enterarse, el chico entrara poco menos que en trance, se convirtiera en la versión masculina de la niña de 'El exorcista' y la llamara de todo, menos bonita.
Si ya cuando tenía a la tal Lucía en casa ambos tachaban a Paula de «retrasada», «despechada», «rubia unineuronal» o «perra» (esto último término podría generar hoy en día dudas sobre si ubicarlo o no en la categoría de insultos, después de haber subido a los altares a Excalibur), ahora él solito se vale para llamarla cosas tan bonitas como «puta borracha».
Tan «fino» como siempre, Omar proclamó a los cuatro vientos que «me suda la polla lo que pase«, quizás recordando ( y es mucho imaginar, ya que hace tiempo de ello y no parece que el chico esté capacitado para haber desarrollado tanta memoria) que en 'Gran Hermano 12' a Laura le impusieron una nominación disciplinaria por llamarle «fea» a Terry.
Si eso mereció una nominación, Omar podría estar nominado este jueves de aquí hasta la finalización del concurso o, por supuesto, hasta que el personal se canse de él y le ehe a la calle. Y es que el chico lo mismo le recomienda a Paula cosas como «que se haga un dedo» que le amenaza en público asegurando que como la coja «la crujo el cuello», o la desprestigia asegurando que «tiene problemas serios con el alcohol» o «trabajaba en estado de embriaguez y se quedaba dormida».
Si encima tiene al hermanastro riéndole las gracias e insuflándole más ánimos con frases como «el primer día que entramos ya le olía el aliento a alcohol», no es de extrañar que Omar no sólo no se canse de faltar sino que se crezca todavía más y le diga a Paula que «la única puta que hay aquí eres tú» o que tiene «cara de la rata de 'Ice Age'».
La chica, como si en «Hawai» sólo hubiera conocido insultos como «caca», «culo», «pedo» y «pis», contrataca con palabras tan «fuertes» como «imbécil», «patético» o «cara de amargado». Ante ese arsenal de descalificaciones no es de extrañar que el chico le recuerde que «me has comido lo de ahí abajo» para volver a insistir en que «la puta eres tú, que va da cama en cama». Lo dicho, que si no le ponen de patitas en la calle, sin nominación de por medio, es que hay dos varas distintas de medir en el concurso, como muy bien demuestra de vez en cuando su presentadora.
La mosca