En los centros de poder de nuestro país han estado atentos a la gran asamblea de Podemos. Y es que se les han quitado las ganas de seguir bromeando a cuenta de Pablo Iglesias, al que llamaban «el coletas».
Ya digo que la clase política y empresarial asiste atónita al auge de Podemos. Sobre todo les asusta que se haga realidad el enunciado de Pablo Iglesias a los suyos durante el congreso de Podemos el pasado fin de semana: salen a ganar para gobernar. Y a muchos esta posibilidad les pone los pelos de punta.
Así que no es extraño escuchar a algunos empresarios y banqueros especular en voz alta sobre el futuro inmediato. Ya les he escuchado a unos cuantos entrever un futuro en el que gana las elecciones Podemos y adelantar cuál debería de ser, a su entender, la respuesta de populares y socialistas: la gran coalición.
La verdad es que resulta hasta gratificante ver el miedo que tienen a Podemos muchos de los que han contribuido a que esta formación se esté haciendo con el santo y seña del electorado.
Los que se preguntan cómo es posible que Podemos haya llegado para quedarse deberían recordar que en los últimos años se ha legislado y se han impuesto medidas de austeridad insoportables para una inmensa mayoría de ciudadanos. ¿O nos vamos a olvidar del día en que Rodríguez Zapatero, entonces presidente de Gobierno, y Mariano Rajoy, entonces líder de la oposición, se pusieron de acuerdo para modificar por la puerta de atrás la Constitución para complacer a la señora Merkel y a los burócratas de Bruselas marcando unos objetivos de déficit insoportables? Se han implantado políticas que han contribuido ha aumentar las diferencias sociales. Ahí están esos banqueros a los que no les ha temblado el pulso a la hora de ordenar desahucios y dejar a multitud de familias en la calle, o los que han engañado a los ahorradores con las preferentes, o los que continúan amarrando el dinero que les da a escaso interés el Banco Central Europeo y que guardan ávidamente sin hacerlo llegar a los ciudadanos.
O la reforma laboral, con la posibilidad del despido casi gratis y rápido. Por no hablar de los recortes en sanidad y educación. Ahora mismo estamos viendo cómo el desmantelar un hospital de referencia en la investigación y tratamiento de enfermedades tropicales ha tenido consecuencias a la hora de afrontar la crisis del ébola.
Sí, a ese capitalismo de rostro inhumano se le ha ido la mano tanto y los partidos tradicionales se han mostrado tan inoperantes frente a los poderes del mercado y de las finanzas virtuales que los ciudadanos han comenzado a mirar hacia otra parte y han encontrado a Podemos, que no es otra cosa que la expresión del hartazgo de la gente y del deseo de que se haga política de otra manera y que los políticos sean capaces de poner la economía este al servicio de los ciudadanos y no al revés.
Desde Podemos han acertado en el diagnóstico de los males que aquejan a nuestra sociedad y están acertando a la hora de decirle a la gente que se pueden y se deben hacer las cosas de manera diferente.
En cuanto a los que dibujan sobre el papel el futuro inmediato soñando con coaliciones que se antojan imposibles, salvo que el PSOE quiera suicidarse, más les vale ir haciéndose a la idea de que Podemos está aquí para quedarse. Es el hijo que han alumbrado durante los años en que creían que podían hacer lo que les viniera en gana porque la gente iba a agachar la cabeza, pero Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero y demás están diciendo que las cosas se pueden hacer de manera diferente. Esa es la apuesta.
Julia Navarro