Durante estos días, hemos conocido todos los españoles la noticia de que el expresidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, ha tenido a bien pasar a ser pensionista español. Pujol va a embolsarse de esta manera, en catorce pagas anuales, el importe máximo que alcanza la suma de 2.550 euros mensuales. Además, renuncia, a la vez, a todas las prerrogativas que tenía como expresidente de la Generalitat de Cataluña.
Es de imaginar que el Señor Pujol habrá pensado y llegado a la conclusión: que si en toda su vida política, además, de haber hecho una gran fortuna, presuntamente con operaciones completamente ilegales. Él mismo debía de ser coherente con sus principios patrióticos, y ya que el señor Pujol se pasó media vida gritando y cantando a pulmón abierto ese famoso estribillo de «Espanya ens roba!» («España nos roba»), pues que mejor sentido para el propio Pujol que sea la propia España y entre todos los españoles quienes le paguemos la pensión. Un acto de generosidad por todo lo que le hemos quitado y sisado al señor Pujol y a su empobrecida familia carnal y política en Cataluña.
Pujol se pasó media vida gritando y cantando a pulmón abierto ese famoso estribillo de «Espanya ens roba!»
Reconozco que nada más leer esta noticia me vino a la memoria otro «memorable» y «sucio» personaje político de este país, que pasó de novillero fracasado a meterse a ser el portavoz mediático en la década de los noventa en la política de los terroristas de ETA. Me estoy refiriendo a Jon Idigoras, cuyo alias taurino se acartelaba entre Chiquito de Amorebieta, Morenito del Alto o Morenito del Gane. A diferencia de Pujol este Idigoras no gritaba «España nos roba», sino que pasaba a la acción de defender a todos esos correligionarios etarras suyos que mataban y querían matar a gran cantidad de españoles.
Pues bien, el difunto Idigoras, que tanto repudiaba a España, que tanto odiaba todo lo español, excepto su fiesta nacional, pidió en 1997 a la Seguridad Social, española por supuesto, que se le concediera una pensión. Idigoras esgrimía que sufría una invalidez debido a una grave enfermedad respiratoria que padecía, y que le fue otorgada por los responsables de la Seguridad Social en aquel entonces.
Lo que nos demuestra que Dios los crea y ellos se juntan, ya que finalmente todos estos nacionalistas están cortados por el mismo patrón, provengan de donde provengan, ya que sólo se acuerdan de Santa Bárbara cuando truena. En este caso se acuerdan de España cuando lo que se trata es de sangrarla económicamente y sacar los dineros de los impuestos de los españoles, precisamente de esos españoles a quienes ellos maltratan y odian profundamente.
Políticos que sólo se conforman en ser españoles cuando se pueden aprovechar económicamente de esa circunstancia, ya que ni a Idigoras en sus tiempos ni a Pujol hoy día les importa un comino el ser españoles por un ratito
Por decirlo de otra manera, ambos casos son los prototipos de otros muchos ejemplos que se contabilizan entre los actuales políticos nacionalistas secesionistas. Políticos que sólo se conforman en ser españoles cuando se pueden aprovechar económicamente de esa circunstancia, ya que ni a Idigoras en sus tiempos ni a Pujol hoy día les importa un comino el ser españoles por un ratito, es decir, ser españoles a tiempo parcial, ya que en definitiva como todos sabemos…. La pela es la pela.
El señor Pujol nos está demostrando día a día hasta que punto se puede vivir de la política sin valores, sin dignidad y enfrascado en sus propias miserias y las de sus familiares más cercanos. Porque cuando uno, por muy Molt Honorable que sea o haya sido, ha perdido totalmente el norte o desvaría sus acciones cada vez son más miserables.
Carlos Iturgaiz