Aquí, por lo visto, se lleva mal todo el mundo. Que el PSOE e Izquierda Unida se llevan fatal en Andalucía, en cuyo gobierno conviven, no era un secreto antes de que Susana Díaz dijera a sus socios hasta aquí hemos llegado, pero ¿cómo podrían congeniar dos partidos que no congenian ni consigo mismos? Ya sería extraordinario que quienes no aciertan a convivir en paz en su casa, irradiaran buen rollo con los vecinos.
En el PSOE, donde los secretarios generales duran últimamente menos que Blesa en la cárcel, les ha entrado ahora el siroco, bastante inoportuno por cierto, de cargarse al pobre Sánchez, y en IU, que están de los nervios con lo de Podemos, empiezan a disputarse los restos del naufragio, pero sobre todo los salvavidas, a cara de perro. La única que parece llevarse bien, pero con ella misma, es Susana Díaz, que se ha compuesto una hoja de ruta hacia el Poder para ella sola.
Más vale estar solo que mal acompañado, parecen pensar los políticos de tres al cuarto que tenemos en España, pero con lo de la mala compañía se refieren, principalmente, a sus correligionarios. En Podemos no hay día que no haya movida, y si no hay escisiones es porque todavía no hay partido; en UPyD el mal rollo interno le es consustancial desde su creación hace siete años; en Ciudadanos han cambiado de «ciudadanos» varias veces; en Convergencia i Unió ni convergen ni hay unión ninguna… Pero, ¿y en el PP? El Poder une mucho, y eventualmente los sobres, pero no hay que forzar la memoria para recordar sus luchas intestinas anteriores, que, por cierto, Esperanza Aguirre está siempre dispuesta a recordar y reeditar, y tampoco hay que ser adivino para saber lo que ocurrirá en ese partido cuando empiecen a perderlo todo y dejen de darse hasta los buenos días. En el pueril vídeo propagandístico ese que se han sacado, las caras de funeral de los actores algo ya anticipan.
Aquí se lleva mal todo el mundo. Los que peor, el Gobierno de Rajoy con los españoles. La única que parece encantada de conocerse, y acaso porque no se conoce bien aún, es Susana Díaz.
Rafael Torres