martes, noviembre 26, 2024
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Futuras Españas

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Papa Noel y los Reyes Magos nos regalaron elecciones, elecciones y más elecciones para 2015. Municipales y autonómicas en mayo y generales a finales de año. En septiembre en Cataluña. No se sabe si por ser los catalanes buenos o malos. En Andalucía en marzo, primer examen electoral para Susana Díaz. ¿La teme Rajoy allí? ¿O en Madrid?

Autonómicas y municipales serán antesala de las generales. Andaluzas y catalanas también darán pistas para adivinar los resultados de las generales, pero el extraordinario enfado de muchísimos españoles por las soluciones dadas a la crisis, económica y socialmente, y por la corrupción lo tiñe todo. Falta confianza en políticos y partidos “tradicionales”. Podemos es para muchos una esperanza por su novedad. Lo creen a veces sin percibir que el remedio podría ser peor que la enfermedad o, incluso, percibiéndolo. ¿Suicidio?                                     

La corrupción está en casa de todos, incluso de Podemos

Ya nos plantean diversas Españas futuras. Estable o inestable, bolivariana o europea, aislada o solidaria en nuestro marco euro-occidental, escuchando a sus ciudadanos o ignorándolos, con justicia social o sin ella, entera o huérfana de Cataluña, económicamente viable o irrealista y ruinosa, democrática o intervenida, monárquica o republicana, entre otras propuestas.

Hay muchas ofertas, como en el Corte Inglés. Se podrán combinar pero no se admitirán devoluciones. Habrá que apechugar con lo elegido.  Además de superar la crisis económica, es imprescindible mejorar nuestra democracia. Hay que consolidarla manteniéndonos en el ámbito mundial al que pertenecemos y no a otros distantes, mental y geográficamente, o irreales como Jauja o el maravilloso de Alicia.

Frente a partidos regenerados o surgidos el Partido Popular parece cristalizado en el pasado. Rajoy dice poco, dialoga escasamente, apenas pacta, pero pontifica fácilmente. Su activo principal, y está bien, es el relanzamiento de la economía. Merkel en Davos y el FMI le felicitan. Las encuestas de población activa son esperanzadoras. ¡Qué menos tras tantos sacrificios (más de unos que de otros)! Pero la mejora macroeconómica no cala aun suficientemente y, sobre todo, la austeridad conlleva un coste social tremendo. Quizás se pueda dulcificar esta situación con la reciente decisión de Draghi de que el Banco Europeo compre deuda pública y privada, mutualizando un 20% (algo es algo). Salvo ansiar una economía más reluciente poco hará Rajoy en 2015.

Lo exigible a medida que se supere la crisis es que se restablezca lo suprimido en sanidad y educación pública así como otros beneficios sociales necesarios para una buena cohesión social, base de un Estado eficaz y sin complejos. En ello debe centrarse constructivamente la izquierda abandonando los “y tú más”, patrimonio de la derecha. Lo de Cataluña no lo controla Rajoy. La corrupción está en casa de todos, incluso de Podemos dicen algunos. No puede liderar Rajoy la lucha contra este cáncer porque afecta profundamente a su partido donde tiene mando desde hace mucho tiempo.

Lo que ocurra en y con Grecia pesará en la balanza española

Con el PP copando la derecha y Podemos tentando a la izquierda con arengas demagógicamente pasionales, el PSOE está en su terreno del centro-izquierda. ¿Emparedado o jamón del bocadillo? Lo segundo debiera ser tentador para los electores, pero si el PP y Podemos imponen el discurso que les conviene de que solo hay que elegir entre ellos dos, el PSOE pudiera quedar entrampado en una dinámica de selección entre PSOE y Podemos para prevalecer en la izquierda, lo que beneficiaría a la derecha. Complicado panorama para un socialismo forzado a pelear en dos frentes antagónicos, debiendo recuperar electores centristas y los desertores de su izquierda. Le piden, también, demostrar su paz y unidad interna.

Entretanto, Syriza, espejo de Podemos y vencedor de las elecciones en Grecia, será observado con lupa. Lo que ocurra en y con Grecia pesará en la balanza española. Por ahora huyen capitales y flaquea su europeísmo no solo en los temas económicos. No puede pretender Grecia una solución singular sino una que beneficie al conjunto europeo. Atenas se puede asomar aún más al vacío.

El desencanto de los españoles con la política, y con otros estamentos como el económico-financiero, no presagia tranquilad a partir de éste mismo 2015. Se acerca una nueva cita con nuestra Historia. Surge otra oportunidad para mejorar la convivencia como ocurrió con la Transición cuyos valores deben permanecer. ¿Ocurrirá de nuevo?

Carlos Miranda

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