Lo ha anunciado el Ministro de Agricultura francés Stéphane Le Foll al presentar la renovación del plan Ecophyto, un plan que muestra lo claro que tiene Francia que para garantizar la sostenibilidad y productividad de su agricultura es preciso reducir notablemente el uso de pesticidas. El Ministro ha declarado que «2015 marca el primer año de la generación de la agroecología en Francia».
El nuevo plan Ecophyto, que cuenta con el apoyo de buena parte del sector agrario es, según las autoridades galas «el corazón del modelo de agroecología francés que se puso en marcha desde 2012 y que muestra que el beneficio económico no es incompatible con el medio ambiente». Es algo tan claro como «mejorar la competitividad económica reduciendo el consumo de energía, agua, fertilizantes y pesticidas». Además «apoyándose en los mecanismos de la propia naturaleza en lugar de luchar contra ellos».
Para la Administración gala, como por otro lado es una evidencia que nadie pone en duda a nivel internacional, un alto uso de estas sustancias químicas sintéticas, lejos de evidenciar que se tiene una agricultura moderna, evidencia todo lo contrario. Es algo que genera muchos problemas, no solo al medio ambiente y a la salud humana, sino también a las perspectivas de su sector agrario.
Como se explica en la web de Ecophyto, «el objetivo es pasar de la agricultura de altos insumos con amplio uso de productos químicos, combustibles fósiles y nitrógeno a la agricultura con un amplio uso del conocimiento y la innovación». Porque, en el fondo, lo que hay tras buena parte del actual nivel de uso de pesticidas es, muchas veces, y tal y como denuncian entidades como la FAO, el seguimiento ciego e ignorante de inercias, muchas veces alentadas por intereses muy particulares, en contra de lo que sería lo mejor para el agro y la sociedad en su conjunto.
Algunas ONG francesas, como Generations Futures, muy activa en estos temas, han advertido del riesgo de que las presiones de los fabricantes de pesticidas bloqueen el plan y lo desvirtúen, pidiendo firmeza e insistiendo en que lo prioritario ha de ser la conversión hacia la agricultura ecológica y sus sistemas y no centrarse en opciones que piensen demasiado solo en reducir algo el uso de pesticidas pero sin apostar con la fuerza debida por otros métodos de control de las plagas.
Reducir la dependencia de los pesticidas no se está tomando demasiado en serio en otros países
François Veillerette, responsable de esa organización gala, no quiere que vuelva a retrasarse la adopción de medidas, como ha pasado en alguna medida hasta ahora. «No se puede esperar más» -comenta- «todas las señales son rojas (contaminación del agua, del aire, pérdida de biodiversidad, impactos sanitarios probados…)».
El plan Ecophyto fue impulsado desde 2008 tras los encuentros políticos de Grenelle sobre medio ambiente («Grenelle Environnement») que se pusieron en marcha bajo la Administración de Nicolás Sarkozy con el deseo de impulsar un desarrollo sostenible.
En Francia tienen muy claro que es necesario reducir la dependencia del uso de estos productos químicos en los cultivos de ese país a fin de mejorar la sostenibilidad y perspectivas de la agricultura francesa. Reducir la dependencia de los pesticidas es, por otro lado, un mandato de la normativa europea que, sin embargo, en otros países no se está tomando demasiado en serio. A pesar de que, como insisten las autoridades galas, puede reducirse notablemente el uso de pesticidas, no solo no afectando la productividad de los cultivos, sino mejorando con ello sus perspectivas comerciales. Sin contar con los beneficios sanitarios y ambientales de tales medidas, y los ahorros económicos que supone evitar la contaminación con estas sustancias. La modernización de la agricultura, si se quiere que esta gane competitividad real, ha de pasar por ahí.
El plan francés ha movilizado a agricultores, investigadores, técnicos, cooperativas… para lograr el objetivo. Un pilar importante del mismo es ayudar a los agricultores para que lleven a cabo métodos más eficientes, avanzados y sostenibles de producción, potenciando técnicas como, entre otras, la rotación de cultivos o el control biológico.
Un aspecto importante es la extensión de la experiencia de miles de explotaciones agrarias pioneras en las que ya se ha reducido exitosamente el uso de pesticidas. Estos empresarios agrarios, con la ayuda de las autoridades, se dedicarán a formar a otras explotaciones de su zona. La meta es multiplicar por 10 el número de agricultores que hagan la transición a técnicas que representen una fuerte reducción en el uso de pesticidas. Además, se implementarán certificados de ahorro en el uso de pesticidas a los propios distribuidores de estos productos químicos, de modo que en cinco años reduzcan un 20% el número de dosis. Si el objetivo no se cumple tendrán sanciones económicas
El plan Ecophyto, cuyo nombre deriva de las palabras ecología y de los productos «phyto» que es como se denomina oficialmente en ese país a estos venenos de un modo mucho más que eufemístico («fitofarmacéuticos»), se puso en marcha en 2008. Una serie de circunstancias, entre ellas condiciones climáticas desfavorables, han retrasado algo sus objetivos iniciales, que eran para el 2018, pero no han hecho que este país desista de ellos, como, de hecho, se ha evidenciado con la reedición de los planes con estos nuevos y exigentes objetivos de reducir a la mitad el consumo de pesticidas para 2025.
Francia consume anualmente unas 60.000 toneladas de principios activos de pesticidas
Francia no es la única nación europea que parece que se ha tomado en serio el objetivo de reducir el uso de pesticidas. Otros países, como Dinamarca, están haciendo lo suyo. Así esta nación nórdica lleva mucho tiempo desarrollando planes en ese sentido. El último de ellos su Estrategia de pesticidas 2013/2015 cuyo objetivo vinculante es reducir su uso en un 40% para finales de este año. Holanda, Bélgica y otros países han acometido planes de cierta relevancia en este sentido.
Reducir la dependencia de los pesticidas que hoy en día tiene la agricultura gala es una necesidad seria. Francia consume anualmente unas 60.000 toneladas de principios activos de pesticidas, según datos de la patronal europea de pesticidas ECPA (European Crop Protection Association). De ellas, unas 22.000 son herbicidas, casi 30.000 fungicidas, unas 1.000 de insecticidas y otras 8000 de otros tipos de pesticidas.
De cumplirse los planes de Francia, y si otros países como España no actúan de modo similar, cosa que hasta ahora no han hecho, es probable que en unos años la nación gala haya perdido ese triste liderazgo en el consumo de pesticidas. Y acaso sea otro país el que lo tenga entonces.
Países como España, no han establecido objetivos concretos de porcentajes de reducción en el uso de pesticidas, a pesar de que en algunos casos, y especialmente en algunas zonas de su geografía tienen tasas muy altas de uso de pesticidas por hectárea.
Los últimos datos sitúan precisamente a España, con 39.043 toneladas anuales de principios activos, en el dudoso «honor» de ser la segunda nación que más toneladas de venenos esparce sobre sus cultivos (10.060 de herbicidas, 11.878 de fungicidas, 14.335 de insecticidas y 2.770 toneladas de otros). Italia, tercera en el ranking de uso de venenos agrarios, tendría un consumo de 37.630 toneladas (6.259 de ellas de herbicidas, 18.736 de fungicidas, 5.489 de insecticidas y 7.146 de otros).
Debe tenerse en cuenta que, como se ve en los diferentes tipos de pesticidas que se usan más o menos en los diferentes países, tener un mayor o menor uso de estas sustancias tóxicas puede guardar relación, entre otras cosas, con las diferentes características climáticas. Así, por ejemplo, se explica en parte un mayor uso de herbicidas y fungicidas en un país donde una mayor humedad hace que crezcan más hierbas y hongos, como pasa en Francia respecto de España (país que, sin embargo, tiene un muchísimo más alto consumo de insecticidas). Por otro lado, depende también de otras cosas como los tipos de cultivo, la cultura de los agricultores, etc. En resumen, que no conviene guiarse solo por los datos generales de un país para deducir qué país tiene más problemas de uso excesivo de pesticidas. Francia ciertamente lo tiene, y lo reconocen sus autoridades, pero países como España, donde el Gobierno está muy lejos de tener el compromiso de la nación transpirenaica, tiene también un alto uso de pesticidas.
Andalucía es la comunidad autónoma con un consumo más alto de pesticidas
Por comunidades autónomas es Andalucía la comunidad autónoma con un consumo más alto de pesticidas. Por si sola consume un 33,89% del total nacional, seguida de la Comunidad Valenciana con un 15,58% y la Región de Murcia con un 10,56%. Cataluña figura en cuarto lugar con un 8,17%.
Pero también es elocuente ver los datos de consumo por hectárea en cada comunidad autónoma, tal y como se muestran, por ejemplo, en el informe Perfil Ambiental de España (del Ministerio de Agricultura) en 2011. Así, aunque comunidades como Andalucía encabecen el consumo general, su consumo por hectárea, aunque alto (cerca de 9 kilos por hectárea), se ve muy superado por el de Canarias, con 79,2 kg/ha, Murcia (23,0 kg/ha), Cantabria (22,1 kg/ha), Comunidad Valenciana (19,7 kg/ha), y Asturias (14,2 kg/ha). Otras comunidades como Castilla-La Mancha (2,2 kg/ha), Castilla y León (2,3 kg/ha) y Aragón (2,9 kg/ha), tendrían un más bajo consumo en general. Sin embargo, en cualquiera de las comunidades, según en qué zonas y cultivos, habrá lugares en que consuma muy por encima o muy por debajo de la media de consumo por hectárea de cada región. Incluso en una comunidad autónoma que tenga un consumo medio aparentemente bajo puede haber zonas con tasas de uso muy altos de estos venenos y, por lo tanto, con los problemas asociados a ello que pueden ir desde la contaminación de aguas superficiales y subterráneas a problemas de salud humana, pasando por efectos sobre la biodiversidad, entre otros.
España tendría un enorme potencial de reducción en el uso de pesticidas. No en balde, es el país europeo con una mayor superficie dedicada a la agricultura ecológica (en la que, como es sabido, no se emplean estos venenos sintéticos). Sin embargo no es el país europeo con un mayor porcentaje de toda su superficie agraria declarada como ecológica. En estos momentos ese porcentaje puede ser de un 7 por ciento -1.756.000 hectáreas- de toda la superficie agrícola española (casi 25 millones de hectáreas).
Sin embargo, según datos de 2010, seis países europeos superaban el 10% de su superficie agraria sometida a agricultura ecológica (Liechtenstein 27.3%, Austria el 19.7%, Suecia 14.1%, Estonia 12.5%, Suiza 11.4%, República Checa 10.5%). España ese año estaba en el puesto 15 de Europa respecto al total de su agricultura declarada ecológica.
La expansión de este tipo de prácticas agrícolas contribuiría a reducir el uso de pesticidas. Al igual que cumplir adecuadamente algunas normas europeas que, en teoría, aunque luego no se vea mucho de ello en la aplicación práctica en algunos países, buscan reducir la dependencia respecto del uso de estos venenos. Muestra de ello es que, por ley, toda la agricultura de la UE deba estar sometida ya a criterios de la llamada «gestión integrada de plagas» según los cuales, al menos en teoría, el uso de pesticidas debiera ser la última opción. En teoría… porque sobre el terreno, la falta de seguimiento y control, así como de criterios vinculantes claros que garanticen reducciones reales en el uso de pesticidas, hace que la situación deje mucho que desear.
¿Sacará España alguna vez un plan como están haciendo algunos países de su entorno para reducir el uso de pesticidas y promover la agroecología?
SOBRE EL PLAN ECOPHYTO
«Plan Ecophyto 2018 de reduction des usages de pesticides 2008-2018», septiembre 2008.
«Ecophyto : Les nouvelles orientations du plan», enero 2015
«Pesticides et agro-écologie: Les champs du possible». Rapport de Dominique Potier, député de Meurthe-et-Moselle, au premier ministre Manuel Valls, noviembre 2014.
Carlos de Prada