Pedro Sánchez puede tener motivos fundados para colocar en una situación imposible a Tómas Gómez y de paso hacer saltar por los aires el partido socialista de Madrid pero nos deben una explicación. Si, el PSOE nos debe una explicación a los ciudadanos. Pero una explicación real, no de la que están echando mano que no convence ni a propios ni extraños. Alegar de que Gómez iba mal en las encuestas es un brindis al sol, una excusa chusca que no se cree nadie.
Gómez iba mal en las encuestas, sí, pero también iba mal hace tres meses y hace seis, y hace un año y dos… En realidad nunca ha ido bien en las encuestas, tampoco cuando Pedro Sánchez elogiaba a Tómas Gómez públicamente y decía que era su hombre en Madrid.
Además, mandar a casa a toda una ejecutiva regional y destituir a las bravas a su líder es un acto un tanto desmesurado para que la única razón sea que el líder no tira en las encuestas. Si fuera esa la razón en los próximos días Sánchez tendría que pedir que renuncien todos aquellos candidatos a presidir comunidades autónomas o alcaldías que según las encuestas no van a conseguir su objetivo. Incluso él mismo quedaría en cuestión si hacemos caso a los augurios de los sondeos que sitúan al PSOE como tercera fuerza en las próximas elecciones generales.
De manera que no, no, no nos creemos la explicación dada hasta el momento porque sencillamente es una explicación pueril.
Así que o Sánchez sabe algo muy grave sobre Tomas Gómez, algo que pueda estallar en los próximos días o en campaña electoral y que puede tener que ver con el famoso tranvía de Parla o con otros asuntos de supuesta corrupción, o de lo contrario su «golpe de fuerza» es incomprensible.
Por lo pronto ha colocado a Tomas Gómez a los pies de los caballos contribuyendo a que se expanda sobre él la sombra de la sospecha.
Además la operación tiene sus inconvenientes para el propio Sánchez. Si su candidato gana la Comunidad de Madrid, saldrá bien parado, pero si pierde su decisión se le volverá en contra.
Para empezar ya hay quienes no están por la labor de permitir que la ejecutiva federal haga de su capa un sayo, es decir impongan al ex ministro Gabilondo como candidato. Amparo Valcarcel que es una política de largo recorrido, con experiencia en la Administración, discreta y que creció a la sombra de Zapatero, ha dado un paso al frente y quiere pelear para convertirse en candidata a presidir la Comunidad de Madrid. Puede haber más candidatos y sería impresentable que la ejecutiva federal impidiera que los militantes tuvieran la última palabra.
Lo cierto es que la decisión del secretario general del PSOE de desplazar a Tomas Gómez puede estar más que justificada, pero por respeto a los militantes socialistas, a los votantes y a los ciudadanos en general, debe de acompañarse de una explicación creíble. Una explicación que hasta el momento ni Pedro Sánchez ni su equipo han dado.
Cambiar el PSOE, para de paso cambiar el país como ha prometido Sánchez, debería de pasar por decir las cosas como son, y no esconderse en verdades a medias.
Más vale ponerse rojo una vez que amarillo cien veces, de manera que por dolorosa que sea explicación cuanto antes la den mejor.
Julia Navarro