Podemos es al chavismo lo que Bildu a ETA. O más. Y ambos coinciden en buscar los mil escapes no solo para no repudiar el terrorismo y la violencia sino para buscarles justificación y excusa. ¿Han oído ustedes una sola vez una condena rotunda y sin paliativos de los crímenes de ETA? Ni la oirán. Todo lo más mascullar una excusa forzada y entre dientes. ¿Oirán ustedes de Iglesias, Errejón y Monedero una contundente respuesta a las violaciones de los derechos humanos en Venezuela y una defensa de las victimas de la represión de un régimen cada vez más liberticida?. Ni lo sueñen. Ellos, los unos y los otros de lo que abjuran es del «Régimen del 78», que es su manera de descalificar la Constitución que alumbró la democracia, la libertad y la libertad a España y a los españoles. Su destrucción, en absoluto su regeneración y mejora, es su objetivo común. Pactarán si les conviene, se repartirán el poder si pueden y en conjunción con todos los separatismos coincidentes en la idea común de hacer trizas la nación estos «patriotas» reventarán, si se les da la oportunidad, libertades y convivencia. No son contrarios en absoluto, su única disputa es por ser quien encabece.
Pero ahora, y por el momento, conviene que no se les note, en particular a Podemos, apenas nada de ese pelaje. Conviene que no se sepa ni de sus pasados ni de su pensamiento, ni de sus intenciones. Y aún menos del origen de sus dineros. Su esfuerzo se dirige a un borrado de imágenes y palabras buscando el lavado de los cerebros. Las eglogas al chavismo, los cánticos con proetarras, las emociones ante hazañas como intentar destrozarle la cabeza a un policía cuando incendiaban Madrid cada tarde (¿han observado como se han acabado de golpe los «asaltos» al congreso?), y por supuesto que mejor no se sepa ni se recuerde nada de aquellos delirios programáticos del paraíso terrenal.
Les preocupa el camuflaje. Y sin embargo debería preocuparles poco. Porque si algo me hace estar cada vez más desesperanzado es que todo ello se sabe. Que quien más quien menos los conoce. Y unos son ese sector, hasta ahora marginal, que siempre ha existido en España que está de acuerdo en esos postulados extremistas. Pero los otros son un magma que no siendo ni estando en tales postulados parece haber optado, en un arrebato nihilista y destructivo, hastiados dicen de todo y todos, pero nunca autocríticos con ellos mismos, por hacer saltar todo por los aires, por dinamitar el manantial antes que por limpiar las acequias. Y el germen de todo ello no está en los Podemitas esta en aquellos delirios vacuos pero destructivos y preñados de odio que esparció el zapaterismo durante ocho años. ZP y no otro es el precursor de este Mesías y es su partido ahora el más amenazado de derribo, pero también el que en un disparate final puede entregarles la llave del poder y, visto lo que sus padrinos tienen por costumbre, de los calabozos.
Antonio Pérez Henares