¡Bien por ellos!. Sí, bien por todos esos hombres que se enfundaron una minifalda y tomaron las calles de Estambul para dejar testimonio de su protesta por el asesinato de una joven a manos de un conductor de autobús que previamente la intento violar.
Afortunadamente el presidente Erdogan aún no ha logrado islamizar Turquía hasta el punto de que toda la sociedad piense como él que no hace mucho dejo dicho que «las mujeres no pueden ser iguales que los hombres». Si, dijo esto, y se quedó tan tranquilo, lo mismo que los dirigentes europeos que prefieren mirar hacia otro lado antes que decir algo que pueda incomodar a Erdogan que es presidente de un país estratégico como Turquía.
Özgecan Aslan tenía veinte años y estudiaba psicología. Su asesino, tenía 26 e intento violarla a lo que la joven se resistió perdiendo la vida en el empeño. Después de asesinarla, el violador busco la ayuda de su padre y de un amigo y le cortaron las manos para que cuando encontraran el cadáver no lo pudieran identificar.
Turquía ha pasado de ser un país laico a un país supuestamente islamista moderado, pero ya ven, su presidente, Erdogan, cree que las mujeres no son iguales a los hombres, y en «Yerit Akit» un diario islamista a raíz del asesinato de Özgecan, han escrito que las minifaldas y los escotes son la causa de estas tragedias.
Por eso tiene un valor especial que además de manifestaciones de mujeres protestando por el asesinato de Özgecan, un grupo numeroso de hombres haya sido capaz de ponerse una minifalda desafiando a los integristas para defender el derecho de las mujeres a vestir como les venga en gana y sobre todo para enfrentarse a quienes disculpan las violaciones y el asesinato en función del largo de la falda o de la profundidad del escote.
Echo en falta que los líderes políticos, al menos los de la izquierda, ya saben Pedro Sánchez, Alberto Garzón, incluso Pablo Iglesias, hayan dicho algo al respecto. Defender los derechos de las mujeres en España o en Europa no tiene ya ningún mérito pero me parece a mi que tienen la obligación de capaces de señalar y protestar por la situación de las mujeres en tantos y tantos países donde son consideradas apenas ciudadanas.
Que en Turquía se está viviendo un retroceso en cuanto a libertades generales y por tanto en cuanto a la libertad de las mujeres es un hecho.
Hay una parte de la sociedad que se mantiene firme en la defensa del Estado laico que impusiera Atatur, el padre de la Turquía moderna, y que es ese sector de la sociedad, con muchas mujeres en cabeza quienes están dando la batalla para que el papel de las mujeres no sea cada día más marginal.
Hay que ser muy valiente para siendo hombre ponerse una minifalda y con las piernas al aire salir a manifestarse por las calles de Estambul.
Me gustaría conocer a esos hombres que en minifalda defienden a las mujeres.
Julia Navarro