Aunque me cueste reconocerlo, por una vez, y sin que sirva de precedente, Belén Esteban tenía razón. Su advertencia en plan mafioso, «¿crees que Vasile va a dejar que yo salga?». La sola posibilidad de que la mitad de la audiencia dejara de ver el espacio si salía ella hizo que al final la expulsada fuera Ares, por rmucho que ésta también se haya merecido salir desde el principio.
Jordi González intentó justificar lo que desde el instante en que dijo el nombre de la que salía estaba ya colapsando las redes sociales y lo que el público presente en el plató no dudó en corear: «A los que creen que ha habido tongo tengo que decirles que hay un notario que controla todas las votaciones». Como si en Telecinco está el Colegio de Notarios en pleno.
Sólo unos datos: el domingo pasado había más de un 30% de votos de diferencia en contra de Belén; en las votaciones de la web de Telecinco, que vale que no son las «oficiales» pero que siempre habían casi coincidido a pie juntillas con las del programa hasta la fecha, el jueves habían votado el doble de personas la expulsión de la Esteban (más de 200.000 votos frente a los 100.000 de su rival); y al comienzo de la gala, con media hora por delante todavía para votar, todavía un 52% prefería la expulsión de Belén frente al 47% que optaba por que saliera la otra candidata.
Curiosamente, en ese instante el programa empezó a poner unos vídeos sobre un supuesto «error» de Ares, cuando había «osado» decirle a Belén que ya se había cargado a dos de los suyos, y a mostrar la cara dulce de ésta, incluidas sus añoranzas hacia los suyos (ya saben, que si «mi Andreíta», que si «mi Migue»…).
A partir de ahí, misteriosamente, los porcentajes empezaron a ajustarse por arte de magia, Jordi comenzó a alertar a la audiencia de que la que hasta ahora había ido perdiendo (que todo el mundo sabía que era Belén) estaba a punto de salvarse, y sólo cuando quedaba un minuto, como esa cuenta atrás cinematográfica de una bomba que está a punto de detonarse (dejar que el cambio se diera cuando quedaban dos segundos les debió parecer excesivo), ¡oh sorpresa!, todo había cambiado. Vamos, penalti injusto y expulsión en el último minuto.
¿Realmente crees Jordi que alguien se cree lo del notario? Ni mostrándole en pantalla y exhibiendo en su mano su título. A lo mejor se refería a Paco León dando vida a Luisma, el personaje de 'Aída' que tanto presumía de ser notario.
Claro que también puede que exista el hombre y todo haya sido una operación montada en Telecinco, con toda la plantilla, por orden de Vasile, haciendo horas extras en Fuencarral votando como locos por teléfono para que la expulsada fuera Ares. Eso o que, como han denunciado muchos usuarios de Twitter, muchos votos en contra de Belén no fueran admitidos, porque sí.
Todo ello no quita que la señorita Ares no mereciera la expulsión, que se había ganado a pulso desde su aparición en la casa, por su labor de «metemierda» continua, por sus burlas a Hormigo, por su falsedad y, sobre todo, por su peloteo a Belén Esteban, que duró hasta el último segundo de su estancia, consolándola cuando ella había sido la expulsada, casi tanto como cuando el que se fue Víctor, y dándole ánimos para que siguiera y ganara porque era la mejor.
No señorita periodista, no se engañe ni engañe a los demás. Belén no sólo no es la mejor, sino la peor. Que va a ganar, pues eso ya lo he dicho yo desde el primer día del concurso, cuando dije que la de San Blas ya tiene seguramente el maletín con el dinero en su casa o ingresado en su cuenta bancaria. Sólo si me equivoco y es expulsada algún día (de momento ya se ha garantizado otras dos semanitas de vacaciones pagadas allí dentro) volveré a ver este programa. Mientras, que lo vean Vasile y sus «votantes».
La mosca