Desde que en España se instauró la democracia, los españoles hemos ido decenas y decenas de veces a votar a nuestros representantes nacionales, autonómicos y locales. Hemos cambiado con esos votos colores de gobiernos en todas las instituciones, con esos votos se ha premiado al que lo hacía bien y castigado al que erró en su gestión. Y la grandeza de la democracia conlleva suplir a unos por otros por designio de la gran mayoría que vota.
En España se ha vivido la transición democrática en todas las comunidades autónomas y en el propio Gobierno de España, con cambios de color político, donde la derecha y la izquierda se alternan a designio de los electores de cada circunscripción. Como digo, la transición se completó con las alternancias en el poder, pero lo cierto es que sigue habiendo un lugar donde esa transición no se ha cumplido, donde siguen mandando los de siempre, donde la alternancia no ha sido permitida para dar bríos nuevos a la política y donde la transición sigue siendo una asignatura pendiente. Me estoy refiriendo a la Comunidad Autónoma de Andalucía, donde desde las primeras elecciones autonómicas sigue gobernando en solitario o en coalición el PSOE.
Es también cierto, que los andaluces han otorgado con sus votos el triunfo a otras mayorías minoritarias. Tal es el caso de la victoria del PP de Arenas en las últimas elecciones autonómicas, pero en aquél momento se empezó ya a gestionar un modelo de Frente Popular, unión de socialistas y comunistas para arrebatar el gobierno al partido que había ganado esas elecciones. Se consagró un modelo que veremos repetirse a partir de mayo en muchos ayuntamientos, diputaciones y gobiernos de comunidades autónomas donde la izquierda no permitirá gobernar al PP y donde crearán gobiernos de Frente Popular de socialistas, comunistas y los populistas de Podemos con el único objetivo de desplazar al Partido Popular de los gobiernos institucionales.
Con el pistoletazo de salida para la campaña electoral andaluza que se ha dado hace pocos días se vuelve abrir una esperanza para que en Andalucía pueda llegar la transición, que se brinde la oportunidad para que se hagan políticas de otra forma para sacar a Andalucía del pelotón de los rezagados en todas las materias y que lleve la ilusión de hacer las cosas de otra manera.
Los andaluces con su voto tienen la oportunidad de hacer que Andalucía deje de ser la Cenicienta de las regiones de Europa, lo digo porque es triste ver en esas instituciones europeas que en las listas de desarrollo regional, de educación, de sanidad o de cualquier otro sector nuestra comunidad autónoma española de Andalucía está a la cola de todas las regiones europeas cerrando casi siempre esas listas y clasificaciones.
Y es más lamentable aún ver como desde esas mismas instituciones europeas se llevan las manos a la cabeza al ver cómo millones y millones de euros provenientes de fondos europeos en ayudas para la creación y formación de empleos se han ido directamente a engrosar las cuentas corrientes de muchos mandatarios socialistas de la Junta de Andalucía.
El socialismo andaluz se ha configurado en un régimen corrupto con dos presidentes del partido imputados, cuya gestión del régimen ha sido también mantener hundida y subdesarrollada a Andalucía, y haber creado una maraña de redes de colocación para sus familiares y amigos.
Los andaluces tienen la oportunidad el próximo 22 de marzo de abrir en esa tierra un proceso de esperanza, regeneración y cambio a través del Partido Popular haciendo presidente a Juanma Moreno.
Es la hora del cambio para Andalucía, pero sobre todo es la hora de poner en marcha y colocar a todos los andaluces a la altura de los mejores en Europa.
Carlos Iturgaiz