sábado, noviembre 23, 2024
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La zona muerta

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-¿Qué va a ser?
-Lo de siempre
-Pero si cada día pide ud. una cosa diferente.
-Estoy confuso, son días raros. Y además, a mí lo que me interesa es la tapa. Y ayer no me pusiste.
-Yo le trato de ud. y ud. me trata de tú, sea justo por favor.

-No cambies de tema. Ayer el mundo se derrumbaba y el sol y sombra no estaba bien acompañado. Chico, eso ni en África.
– Aquí se viene a beber. Lo de la tapa es cortesía. Y ayer no era el día adecuado.
-No sólo fue ayer. Llevo la cuenta. Cada tres copas, me pones una tapa. Con lo que te has ahorrado conmigo podías poner un comedor social.
-¿Y para qué? ¿Cree ud. que a la gente lo que le interesa es comer?. Le creía más inteligente. Mire, se lo voy a explicar.
-(Dígame)
El camarero ha parado de colocar las tazas de café sobre el mostrador. Están simétricamente alineadas. Recuesta sus codos sobre la barra, mira a un lado y a otro y se dispone a hablar.
-No haga eso.
-¿El qué?
-Poner los codos sobre la barra. Da mala imagen. Y ud. está trabajando.
-¿Ahora me trata de ud.? 

(El camarero contrariado se da la vuelta y comienza a limpiar la máquina del café)
– Hay que mantener la distancia. La simetría. Yo le vigilo y sé que a veces no responde a los clientes para que la barra siga impoluta.
-Eso se lo inventa ud. Yo soy un camarero normal, en un país normal, y de un equipo normal. Hago mi trabajo.
-Tu trabajo consiste en mantener el orden, entre otras cosas. Pero sabes que cuando los clientes apremian, el orden se viene abajo. Y por eso tienes que tener todo bien ritualizado, si no, sería imposible. No puedes pensar cada paso que das.
-¿Qué es ud. un inspector?
-Exacto. Y le vengo observando desde hace tiempo. No sigue las pautas. Su simetría es aparente, pero cuando la rompe para servir al cliente, su trabajo es confuso, sin ritmo y se olvida muchas veces de lo fundamental. Y ahora le trato de ud. porque necesito de una distancia, necesito abrir un espacio jerárquico. Y ud. me debe escuchar como escuchan los niños.
(El camarero atiende a un cliente, caña y tapa, bajo la severa mirada del inspector. Se tropieza ligeramente, exagera sus movimientos y se muestra como un actor primerizo. El cliente le pregunta por el partido de ayer)
-Son todos unos sinvergüenzas, yo les bajaba a la mina para que aprendieran.
(El cliente no dice nada y mira al inspector, paga en silencio y se marcha)
-Está ud. nervioso y no debería. Esa respuesta no hubiera pasado ninguno de los filtros de la academia. 

-Este era un cliente básico, nivel uno, y en la academia nos alentaban a utilizar el estereotipo para acortar las conversaciones y dar la razón a este tipo de clientes que sólo buscan autoafirmarse.
-Incluso los estereotipos hay que saber salpicarlos en los lugares adecuados. Le repito que está ud. ofuscado. Este cliente no era  básico, y mucho menos nivel uno. Por la forma de situarse en el espacio, tal y como estaba sentado en el taburete, mirando hacia ud. y dejando una línea abierta hacia mí, este cliente quería hablar, ser escuchado y entablar una conversación con otro parroquiano. Debería haber profundizado y hacerme partícipe en la conversación. Es posible que tenga problemas con su esposa (estaba mal afeitado) y quisiera proyectar su angustia sobre el equipo de sus amores. El único permitido, vamos. El Real Madrid.
(El camarero no sabe qué hacer con las manos ni con la mirada, se cruza de brazos, finge mirar la televisión)
-No se venga abajo. Las manos siempre en movimiento. Hábleme de Isco. Finja que soy un cliente nivel cuatro, crítico, toca cojones, de los que gusta de ser rebatido. Muy español, enamorado de Isco. Vamos!
-Isco quiere para sí toda la luz del partido. Ya no enfrenta la claridad como en sus mejores partidos del año pasado. Busca el aplauso y no confía en nadie, excepto en su propio caracoleo. En defensa es como aquel Iniesta de la selección. Cuando está fuera de sitio se le nota que no nació para limpiar las cuadras.
– Tu especialidad era el fútbol, y eso lo bordas. Pero tienes que tener cuidado con la poética. Sabes que en los bares no está permitida. El discurso ha estado bien en el fondo pero demasiado cuidado en la forma. Esto no es una cafetería del centro de la ciudad. Pero ojo, mejor que te pases de largo que no de corto. Ya tenemos suficientes camareros que se enrocan en el cliché y no saben salir de ahí.
(El camarero ha recuperado una cierta compostura, hace como que no escucha en la más pura tradición castiza).
-Ahora soy un cliente nivel dos. Un tío con gracia, pero avieso. De los vocingleros y que buscan gresca. (El inspector da dos pasos hacia atrás y comienza el teatrillo). Oye chico, qué le pasó ayer a tu equipo, eh?. Menos mal que tenéis al portero ese que tan mal os caía, que si no estabais en casa y con el estadio clausurado por la guardia civil.
(El camarero se queda pensando)
-La respuesta tiene que ser rápida, coño. En un bar lo fundamental es el clima. Los silencios son muy traicioneros.

-Pasó que os estamos dando carnaza desde el yate, hombre. Que no todo va a ser coser y cantar. 
-Bien, pero con prudencia. No te olvides del ud. Ahora el hombre anterior, el de nivel cuatro, te pregunta por el partido como si estuviese dolido. Hazle un resumen.
No tenemos defensa, ni ataque, ni nada organizado. Se les fue el santo al cielo, y literalmente, porque Casillas estuvo terrorífico. Miraba pasar los balones como los viejos otean el horizonte para descubrir las grúas.
-El Alemán ese del mediocampo, el repeinado, ¿qué hace?
-De nuevo lleva una flecha encima que dice que es mediapunta. Y tarda la eternidad y un día en darse la vuelta. Los contrarios nos atacan así de fácil. Ponen a un tipo cuatro pasos detrás de Kroos y a otro bajo la sombra de Isco, y ya está el lío. Se ponen a triangular y como nuestros centrocampistas eran académicos de la lengua hasta hace dos días, no saben de trigonometría, así que los rivales centran con todas las facilidades. Ayer Huntelaar se ponía donde el otro día el abertzale…
-Bien, pero no saques el tema político; sigue…
-Y colgaba los balones hacia atrás. El que venía de cara le sacudía a la pelota o cambiaba a la banda de Arbeloa-Khedira, que son dos paisanos a los que les cruje la estructura. Y así todo.
-Concreta más. Este cliente no quiere que le des la razón. Quiere nombres.
-Mira, Coentrao me gustó un poquito en ataque. Iba con el viento de cara y corría hacia la portería contraria. Tal y como están las cosas en el madrid, es un triunfo. El segundo gol de Cristiano fue precioso. Por primera vez en semanas el madrid cuajó un movimiento armónico en ataque. El desmarque de Cristiano fue dibujado por un genio. Y el gol sonó a obra acabada.
-Ahora te has ganado a la concurrencia, pero debes dar más tralla. Más nombres. Más juicios sumarísimos. Más frases fuertes para que los hombres las memoricen y se las suelten a sus pares en el trabajo.

-A Kroos, Varane e Isco sólo le falta tirarle rosas a los delanteros. Llega un momento en que el Madrid se queda totalmente parado. Es algo fascinante.
-Ese adjetivo no es para los bares. Olvídalo.
-Si en el fútbol se te ha ido el juego tienes que tirar de físico, de carácter y de táctica. Resistir y ya se verá. El madrid no tiene intensidad, y los cojones sólo los ponen Pepe y Cristiano, que hizo una primera parte donde elevó cada confusión del equipo a la categoría de jugada. Sin él, la mancha negra se hubiera apoderado de todo el equipo.
-Y ahora te pregunto yo…¿porqué se veía tanto espacio en la televisión?
-Mire, sin ritmo (sin juego), todo es espacio en el fútbol. El campo es muy grande y lo empiezas a notar. Y entre los intersticios se cuela un ejército. De hecho, cuando volvió Modric, las piezas se juntaron de nuevo y el madrid recuperó su orden suave, su juego fluido, incluso Bale se dijo a sí mismo que debía hacerse notar. Pero luego, después del gol, le cayó al equipo un manto de escarcha y todos se quedaron parados. Como delante del monstruo o del que te da la mala noticia. Y otra vez estaban ahí los espacios y los jugadores rivales cosidos entre ellos.
-Fin de ciclo!! (el inspector se ríe por primera vez en la obra)
-O quizás, el fin de una civilización. Puede que haya que clausurar zonas enteras que han sido corroídas por la oscuridad. O por el exceso de luz, vaya ud. a saber.
-Ojo con la poesía, le he dicho. Diga que le debo.

Real Madrid, 3-Schalke 04, 4
Real Madrid: Casillas; Arbeloa (Nacho, min.82), Pepe, Varane, Coentrao (Marcelo, min.58); Kroos, Khedira (Modric, min.58), Isco; Bale, Benzema y Cristiano.

Schalke 04: Wellenreuther; Howedes, Matip, Nastasic, Fuchs, Barnetta (Uchida, min.80); Neustadter, Hoeger (Goretzka, min.58), Meyer; Choupo-Moting (Sané, min.29) y Huntelaar.
Goles: 0-1 min.20, Fuchs. 1-1 min.25, Cristiano Ronaldo. 1-2 min.40, Huntelaar. 2-2 min.45+1, Cristiano Ronaldo. 3-2 min.52, Benzema. 3-3 min.57, Sané. 3-4 min.84, Huntelaar.
Árbitro: Damir Skomina (ESL). Amonestó a Cristiano Ronaldo (min.31) y Coentrao (min.54) por parte del Real Madrid.
Partido de vuelta de los octavos de final de Champions League. Estadio Santiago Bernabéu.

Ángel del Riego

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