La mejor expresión de que los viejos partidos políticos (PSOE, PP, IU) no han entendido que el tiempo se les acaba se pudo constatar en el primer debate electoral de Canal Sur. Quizá sea un exceso hablar de debate, pero esa es otra cuestión. Susana Díaz y Juan Manuel Moreno Bonilla fueron a repetir el clásico «Y, tú más» consagrado en la política española como el gran argumento de quienes sitúan a los ciudadanos en perpetua minoría de edad. Colocado entre Díaz y Moreno, Antonio Maíllo, componía la penosa figura reservada a los figurantes. Haber sido socio del PSOE restaba peso a sus alegatos regeneracionistas y saber -como saben todos los andaluces por las encuestas- que IU está en puertas de ser canibalizado por Podemos, condenaba su discurso en la irrelevancia política. Aunque esos mismos sondeos anticipan el cambio de tendencia en las preferencias de los electores (Podemos, Ciudadanos y UPyD) pueden tener asiento en el Parlamento andaluz, la televisión de la Junta se plegó a la vieja fórmula del retrovisor. La que se engaña haciendo como cree que en política solo existe lo que fue votado hace tres o cuatro años. Solo existe el pasado -los partidos que obtuvieron escaños en los anteriores comicios- y no lo que está a la vista de todos. Y no es que lo digan las encuestas, es que está en las conversaciones de la gente y en los platós de otros canales de televisión menos comprometidos con el siempre conservador engranaje del poder. En el debate de Canal Sur faltaron otras voces que los andaluces están ya escuchando con atención.
A mi modo de ver, lo que más se echó de menos, fue el reconocimiento de la realidad. El PSOE en la región (los ERES, los cursos de formación) y el PP en diversos otros lugares de la Nación (casos Gürtel, Bárcenas y Púnica en Madrid, Valencia, Baleares) están metidos hasta el corvejón en casos de corrupción. Resultó patético que Díaz y Moreno Bonilla pretendieran distraer a los espectadores asegurando que ambos, en nombre de sus partidos, iban a ser baluartes contra semejantes prácticas. Por otra parte, si todo lo que puede ofrecer a los andaluces el PSOE es lo que se escuchó en el debate, tengo para mí que como en la Sicilia de «El Gatopardo» la apariencia de cambio es solo una estrategia para que todo siga igual.
Fermín Bocos