Los inversores han entrado en tromba en la bolsa española. Después de unos días de esperar y ver, el viernes se desató la euforia. El IBEX subió prácticamente un 3 por ciento y se fue a niveles de abril de 2010, rompiendo las resistencias que venían marcando muchos analista.
En la semana, el selectivo español subió un 3,5 por ciento y el lunes inicia sesión en los 11.419 puntos. Hay que señalar que el viernes es uno de esos días en los que normalmente la volatilidad es la reina y la distorsión del mercado está servida. Había cuádruple hora bruja, vencimientos de derivados y opciones. Veremos qué ocurre en las próximas jornadas.
Al margen de esta circunstancia particular de la bolsa, durante estos días el mundo económico ha seguido mirando a Grecia. Reuniones y más reuniones que finalmente han acabado en el ofrecimiento por parte de la Unión Europea de unos 2.000 millones de liquidez a un país cuyo presidente dice en público que no necesita liquidez, pero que realmente no tiene ni para llegar a abril. Un juego peligroso que puede acabar mal.
Mañana hay encuentro Merkel-Tsipras y se le va a exigir urgente un plan de reformas y quizás mostrar el documento que se filtraba esta semana y en el que se pone blanco sobre negro la posibilidad de que Grecia salga del euro y sus consecuencias.
Hay que anotar esta semana los buenos resultados que están presentando en general las empresas. El ejemplo de Inditex es sólo uno de ellos, aunque ha sorprendido bastante y para bien. También las buenísimas perspectivas que sobre la evolución de la economía española están publicando los expertos. Algunos están avanzando un crecimiento del PIB para este primer trimestre del año del 0,8-0,9 por ciento, lo que aseguraría un aumento anual cercano al 3 por ciento.
La caída del precio del petróleo, la depreciación del euro, el incremento del consumo y la inversión y el aumento del crédito son factores que explican esta mejora sustancial de la situación general que ciertamente aún no notan muchos ciudadanos y que sigue creando frustración en la sociedad.
Carmen Tomás