Es inevitable que tras conocer los resultados de cualquier elección y en este caso particularmente los de las autonómicas andaluzas, celebradas hace pocos días, nos vengan a la cabeza las diferentes y múltiples encuestas que se publicaron desde días y meses antes de esos comicios y que junto a las famosas israelitas, que son las encuestas a pie de urna y que paradójicamente a pesar de su nombre fallaron estrepitosamente en los últimos comicios celebrados en Israel en cambio acertaron casi plenamente en Andalucía.
A pesar de las dificultades que se temían los sociólogos vista las características de estas elecciones con presencia de nuevos partidos que podían aspirar a obtener presencia en la cámara andaluza, como así ha sido, las encuestas se han aproximado a los resultados finales, demostrando de esta manera que la ciudadanía tenía muy claro el voto y no escondían sus preferencias de voto.
Tras los resultados escrutados debemos sacar una serie de conclusiones que pasan por varios aspectos, entre ellos que los debates entre candidatos está demostrado que pueden servir para perder votos pero muy poco para ganarlos. Visto lo que ocurrió días antes de las elecciones en Andalucía, ganar en los debates televisados no te dan ningún plus y los debates sólo pueden servir para castigar a un candidato como comprobamos en las elecciones europeas con el desafortunado comentario que hizo Miguel Arias Cañete, pero ganar los debates por goleada como hizo Juanma Moreno eso desgraciadamente no suma mucho, ni sirve para dar vuelcos a las intenciones electorales.
Pero también se ha demostrado que los gravísimos escándalos de corrupción en los que está inmersos el Partido Socialista andaluz y la Junta de Andalucía con dos expresidentes imputados como son Chaves y Griñán, lejos de ser un desgaste para ese gobierno y partido no les ha pasado factura alguna y no han perdido ni un solo escaño de los que tenían hasta el momento.
Los andaluces no estaban por pasar página y apostar por el cambio
Los andaluces han vuelto a decidir con su voto, y con esa mayoría democrática han elegido seguir manteniendo como lo siguen haciendo desde hace 37 años al mismo partido en el gobierno, siendo la única región europea junto a la alemana de Baviera que mantienen ese record, con una diferencia notable, el lugar en el que están colocadas en el ranking europeo: Baviera, a la cabeza de Europa, y Andalucía a la cola de las regiones europeas en todas las materias desde la económica, pasando por la educativa o por la sanitaria. En definitiva, los andaluces no estaban por pasar página y apostar por el cambio que intentase sacar a su región de los últimos puestos de la clasificación.
Desgraciadamente se ha comprobado que el interés de Susana Díaz en adelantar las elecciones de su comunidad era el partidista y no el colectivo de todos los andaluces. Ha ganado la señora Díaz, pero sin conseguir la ansiada mayoría absoluta que buscaba con el adelanto, y ahora veremos en los próximos días por quién se decanta a la hora de lograr un socio para gobernar, visto que tras la debacle de sus antiguos socios de IU, absorbida por Podemos, no le permitirá sumar con ellos. Tendrá que decantarse con un PP que ha obtenido un decepcionante y mal resultado, el cual es su rival y enemigo en esas tierras, o con un Podemos para intentar hacer un Frente Popular de izquierdas que puede perjudicarle a los socialistas en sus aspiraciones en el resto de España en próximos comicios, o unos Ciudadanos que son rehenes de sus propias palabras en campaña y que se pusieron el listón muy alto para gobernar anunciando que no pactarán con la señora Díaz si no echan a Chaves, Griñán y demás imputados del partido socialista, cuestión esta que mucho me temo pero no están en la agenda de la Presidenta de la Junta de Andalucía.
Carlos Iturgaiz