¿Con qué están acabando más los plaguicidas, con las plagas o con los espermatozoides humanos? La pregunta puede parecer insólita, pero una serie de hallazgos científicos parecen hacerla pertinente.
Cuando muchos agricultores fumigan los campos con pesticidas lo hacen para eliminar o reducir los que consideran organismos plaga. No sospechan, probablemente, que lo que hacen no solo puede estar acabando con esos insectos, hongos o hierbas que les molestan (si es que lo hacen, ya que estos venenos enseguida pierden eficacia) sino con muchos de sus propios espermatozoides. Pero no solo eso, sino que incluso pueden estar acabando también con muchos de los espermatozoides ajenos, los de los varones que coman esas frutas o verduras a cientos o miles de kilómetros de los campos que fumigan. Todo por efectos de los residuos de pesticidas que viajan en las frutas y verduras hacia los mercados y las casas.
Paradójicamente, mientras muchas plagas se han hecho resistentes a los pesticidas los humanos no parecen haber desarrollado precisamente inmunidad ante algunos inquietantes efectos de estas sustancias. Entre ellos, los que tienen que ver con el aparato reproductor masculino y más en particular con la formación de los espermatozoides en los que reposa la esperanza de continuidad de la especie. En paralelo se ha venido asistiendo en las últimas décadas a un progresivo deterioro de la calidad del semen de los varones occidentales. Hoy los hombres de muchos países tienen menos semen y de peor calidad. Menos número de espermatozoides y, de entre ellos, menos que se muevan correctamente o que no tengan alguna anomalía. Factores que pueden conducir a que en muchos casos se tengan menos probabilidades de conseguir fecundar naturalmente el óvulo femenino.
Un estudio recientemente aparecido en la prestigiosa revista científica Human Reproduction puede dar una de las posibles claves. El trabajo, realizado por investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, muestra que aquellos hombres que comen frutas y verduras que suelen tener una mayor presencia de residuos de pesticidas tienen menos espermatozoides (un 49% menos) y además que un mayor número de los espermatozoides que tienen son deformes (en un 32% más de casos) y que estos hombres eyaculan volumen de semen (un 29% menos).
Para realizar el estudio se tomaron datos acerca de los productos con mayor índice de presencia de residuos de pesticidas recogidos por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). Los datos del USDA proporcionan información sobre la presencia de residuos de pesticidas en decenas de frutas y verduras diferentes. En este estudio, los autores clasificaron 14 de ellas considerándolas como con alto contenido de pesticidas y otras 21 como con una presencia baja o moderada.
Luego esos datos se cruzaron con los de un estudio sobre medio ambiente y salud reproductiva (Environment and Reproductive Health (EARTH) que recogía datos de 155 varones financiado por el Instituto Nacional de Ciencias de la Salud de Estados Unidos (National Institute of Environmental Health Sciences). Se obtuvo información acerca de los hábitos alimenticios de ésos hombres, en especial acerca de la cantidad de ciertas frutas y verduras que consumían.
Tras filtrar una larga serie de factores que pudieran comprometer la fiabilidad de los resultados, se vio obtuvo una conclusión clara. Aquellos hombres que ingerían más cantidades de una serie de frutas y verduras que suelen contener más cantidad de residuos de pesticidas – fresas, apio, espinacas, manzanas…- tenían una peor calidad seminal.
Como dicen los autores «encontramos que la ingesta de frutas y verduras con un alto contenido de residuos de pesticidas estaba inversamente asociada con el recuento total de espermatozoides, el volumen de semen eyaculado y el porcentaje de espermatozoides morfológicamente normales«. Estos resultados sugieren que «la exposición a través de la dieta a pesticidas usados en la agricultura pueden dañar la calidad del semen masculino»
La relación entre la exposición a pesticidas y los daños en la calidad del semen de los hombres ha sido algo muy estudiado. Ya se habían realizado con anterioridad investigaciones que mostraban, por ejemplo, que los agricultores más expuestos a pesticidas tenían menos espermatozoides. Diferentes revisiones de estudios muestran relación entre exposiciones ambientales y ocupacionales y un deterioro del esperma, frecuentemente muy notable. Por ejemplo por exposición a pesticidas piretroides, organoclorados o especialmente organofosforados (lo más estudiado)
También se había visto, como muestran diferentes estudios referidos por los autores del estudio de Harvard, que existía una relación entre el consumo de alimentos ecológicos y una mejor calidad del esperma. Así por ejemplo un estudio muestra como los hombres que ingieren productos convencionales tienen menos espermatozoides normales que los que comen ecológico y otro muestra que los que comen ecológico tienen una concentración un 43% mayor de espermatozoides. Como una de las diferencias esenciales entre los productos ecológicos y los no ecológicos es precisamente el asunto de los residuos de pesticidas este tipo de estudios sugerían algo en el mismo sentido que la investigación de Harvard. Sin embargo, esta es la primera en asociar, directamente, la mayor ingesta de frutas y verduras con más pesticidas con una peor calidad seminal.
Una conclusión clave es que el tipo de exposición a los pesticidas que se analiza es la que se produce a través de la dieta. Es un salto cualitativo respecto, por ejemplo, de los estudios hechos sobre fumigadores, ya que se refiere a hombres de la población general expuestos a través de la alimentación. Es decir, no se trata de exposiciones a niveles más o menos altos de pesticidas a causa de una actividad laboral concreta, sino de exposiciones más sutiles, a niveles más bajos y más frecuentes en la población. Derivados, simplemente, de comer una serie de frutas y verduras que generalmente tienen unos niveles de pesticidas considerados «seguros» por las agencias reguladoras pero que, no obstante, podrían causar algunos efectos.
Los autores consideran que existe mucha evidencia de hay pesticidas que pueden alterar la espermatogénesis. Consideran que es importante que los hombres preocupados por su fertilidad acometan medidas preventivas, especialmente en el sentido de reducir o evitar la ingesta de aquellas frutas y verduras que puedan contener mayores cantidades de pesticidas.
Sin embargo, como también comentan otros importantes científicos -como la investigadora Shanna Swan (Hospital Monte Sinaí de Nueva York) y Hagai Levine (Universidad Hebrea de Jerusalem)- en un artículo aparecido en el mismo número de Human Reproduction es raro que en las consultas se haga tal tipo de recomendaciones. Creen que es muy desacertado limitarse solo a recurrir a las técnicas de reproducción asistida lo cual, además de ser muy costoso, no afronta el asunto desde la óptica más racional: la prevención. Llaman la atención sobre los estudios que muestran diferentes vías de reducir la exposición humana a los residuos de pesticidas como. Por ejemplo las investigaciones que muestran que sustituir una dieta convencional por una ecológica, reduce la exposición a estas sustancias.
Los autores del estudio de Harvard repasan algunas de las posibles razones por las que una serie de pesticidas pueden afectar a la calidad del semen. Entre ellas el que muchos de ellos sean disruptores endocrinos. También que algunos experimentos han mostrado un incremento en las tasas de muerte de las células de las gónadas masculinas por exposición a estos compuestos durante la formación de los espermatozoides, o han evidenciado que causan un estrés oxidativo que puede dañarlos. Así mismo, comentan que hay mucho por estudiar sobre aspectos muy preocupantes como el efecto cóctel derivado de la exposición simultánea a diferentes pesticidas que podría tener efectos sinérgicos.
Parece pues que a la hora de aconsejar la ingesta de frutas y verduras como algo saludable sería indicado no hablar en general de frutas y verduras como si todas fuesen iguales, porque según qué fruta y verdura y sobre todo según qué clase de producción hayan tenido -básicamente uso de pesticidas sintéticos o no- las propiedades podrían ser muy diferentes. Algo parecido a lo que sucede con ciertos tipos de pescado que se sabe que contienen ácidos grasos muy beneficiosos pero que, al mismo tiempo, contienen elevados niveles de mercurio, lo que ha llevado a las autoridades sanitarias a desaconsejar su consumo a las embarazadas.
Por otro lado, conviene reseñar que las sustancias que podrían afectar a la calidad del semen no son solo pesticidas. Existe una infinidad de estudios científicos que asocian este problema con otros contaminantes que todos los varones occidentales tienen ya en sus cuerpos. El efecto de los pesticidas vendría así a sumarse o a combinarse, de formas complejas, con el de otros compuestos.
Por otro lado, es de reseñar que las implicaciones sanitarias de las alteraciones que pueden ocasionar una peor calidad del semen pueden ir mucho más allá de ese hecho en sí. Frecuentemente, los hombres con este tipo de problemas podrían tener un mayor riesgo de otros problemas sanitarios, tal y como mostraba un reciente informe nórdico sobre los costes sanitarios derivados de la exposición a sustancias disruptoras endocrinas.
Carlos de Prada