El Papa Francisco acaba de hacer un llamamiento a la comunidad internacional para que no permanezca «silenciosa e inerte» ante la persecución de los cristianos en algunos lugares.
Me temo que el llamamiento del Papa va a caer en saco roto. Y es que no «se lleva» ser cristiano y mucho menos católico. De manera que a pocos les importa que haya cien millones de personas en el mundo que están sufriendo un autentico calvario por ser cristianos. Personas que sufren persecución, que han tenido que abandonar sus casas, esos los que han tenido suerte, porque otros muchos simplemente han muerto a manos de quienes no conciben otra fe que la suya.
En nuestro confortable mundo ya digo que ser cristiano o católico resulta casi un anacronismo, no se lleva. Eso sí, somos políticamente correctos respecto a otras religiones.
Verán, en mi opinión no hay democracia plena si una persona no tiene garantizada la libertad religiosa, y esto, afortunadamente, es un principio que se respeta en Europa o en Estados Unidos. Sin embargo permanecemos en silencio, acaso por no molestar o por miedo, ante la violación constante de los derechos a esa misma libertad religiosa de quienes son cristianos en otros lugares. Y sí, resulta clamoroso el silencio ante matanzas como la que se acaba de perpetrar en Kenia, o las persecuciones violentas que dejan un reguero de muertos y que se vienen sucediendo en países como Egipto, Siria, Iraq, Afganistán Pakistán, Somalia, etc.
Cuando esto sucede los medios occidentales apenas encuentran espacio para informar o en la mayoría de los casos pasan de puntillas sobre estos sucesos. No hay editoriales indignados ni artículos de intelectuales diciendo que basta ya. Es como si se temiera molestar a los que desencadenan esa violencia contra los cristianos, como si se temiera que al condenarles alguien pudiera pensar que no es políticamente correcto puesto que los perseguidores profesan otra religión precisamente en nombre de la cual es en la que perpetran sus ataques violentos contra los cristianos.
Por eso digo que el llamamiento del Papa Francisco es como dibujar en la arena o en el agua, no servirá de nada.
La comunidad internacional prefiere militar en el silencio no vaya a ser que quienes se dedican a perseguir y asesinar a los cristianos se puedan molestar. Faltaría mas.
Julia Navarro