lunes, noviembre 25, 2024
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Annus Marianus Horribilis

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Falta poco para las elecciones autonómicas y municipales de mayo. Algo más para las catalanas de septiembre y las generales a partir de noviembre. Este año electoral se juega “partido a partido”. Los resultados de mayo condicionarán el panorama electoral posterior. Puede que incluso la Investidura de Susana Díaz (tope a finales de junio) pendiente, asimismo, del Tribunal Supremo por Chaves y Griñán.

Los sondeos muestran un panorama electoral nuevo. Había esencialmente dos grandes partidos (PSOE y PP) y dos pequeños (IU y UPyD) más dos nacionalistas (CiU y PNV). Triple dualismo. Tenemos ahora cuatro partidos bastante igualados, punto arriba/punto abajo, entre los cuales sobreviven, reducidos, los dos grandes y se instalan dos nuevos. Es un esquema aun provisional. Veremos si se consolida.

Izquierda Unida, marca autorizada del Partido Comunista, podría sobrevivir anoréxicamente llorando fugas y el “lucro cesante” de votos que engordan a Podemos en lugar de venirse a IU. ¿Recuperará en el futuro votos de Podemos? ¡Quién sabe! Unión por el Progreso y la Democracia se desmorona tanto por sus fracasos electorales como por el desembarco de sus miembros más ambiciosos o realistas hacia Ciudadanos (¿y algún otro partido?). Para los empecinados en mantener UPyD la cuesta será dura.

El papel “bisagra” de CiU y del PNV pudiera desvanecerse en el ámbito estatal

Convergencia i Unió corre el riesgo en septiembre de ser relegada por Esquerra Republicana. En su carrera desenfrenada por el independentismo Mas está ya con la lengua fuera y fuera de su sitio natural al contrario que el republicano Junqueras. Ambos constatarán en septiembre que bastantes electores ya no se dejarán encandilar por sus espejismos. Hace mucho frío fuera de la Unión Europea y peleados con el resto de España sin perjuicio de una necesaria reconciliación con el esfuerzo de todos. Los devaneos de Convergencia (Mas) con Esquerra, la amante, pueden provocar el divorcio de Unió (Durán i Lleida), la esposa aún fiel, aunque eso les costaría a ambos bastante voto.

El Partido Socialista de Catalunya está aun a tiempo de reconquistar parte de su electorado si el PSOE supera bien las elecciones de mayo en toda España, incluida Cataluña, y si no da la sensación de estar dispuesto a apoyar tanto la unidad española como una hipotética independencia catalana. Ciutadans está en condiciones de llevarse votos de CiU y del PSC, aplastando de paso al PP “catalán”, un contrasentido. El Partido Nacionalista Vasco le tiene más miedo a Bildu que a los socialistas y peperos vascos pero puede mantener su voto. Sin embargo, el papel “bisagra” de CiU y del PNV pudiera desvanecerse en el ámbito estatal.

El juego nacional, tanto municipal como autonómico y estatal, estará esencialmente en manos de los cuatro jinetes principales que podrían repartirse, a partes quizás igualadas, el 80% del voto total. Ciudadanos como Podemos son ya vencedores porque surgen donde antes no existían. Sin embargo, Ciudadanos, partido conservador, tiene más recorrido por estar más al centro que el Partido Popular y tener un programa suficientemente flexible cómo para pactar con el PP o con el PSOE. ¿Tan flexible, incluso, como para concertarse también con Podemos?

Podemos, marca no autorizada de IU, con el radicalismo verbal propio de disidentes fugados, y afirmaciones bolivarianas de extrema izquierda a falta de programa, solo parece tener recorrido en la izquierda (salvo pinza) si suaviza sus posiciones en posible detrimento de su futuro. Eso sí, canaliza constitucionalmente, ingresando en la casta, un descontento de la calle. Sin embargo, la mayoría del electorado pide pactos y no revoluciones. Ni siquiera resentimientos.

Rajoy puede ser el primer Presidente del Gobierno que no gane dos elecciones seguidas

El PSOE y el PP aparentan ser perdedores al evaporarse sus hegemonías. Es una forma de ver las cosas, si bien al no ser ya su cuota de poder la del pasado habrá que medirles por un nuevo rasero. Su punto de partida actual, dicen los sondeos, es, aproximadamente, un 20% cada uno. Lo que saquen de más o de menos de esa cifra podría ser esta vez una forma de medir su éxito o fracaso junto a, importantísima añadidura, su capacidad de pactar para influenciar en la gobernabilidad.

El PSOE tiene ahora un difícil adversario en Podemos pero consolidando su unidad, sus nuevos liderazgos y ofreciendo un programa serio y renovador podrá disponer de una cuota decisiva de poder. El PP, más desgastado por la gestión gubernamental de la crisis y la corrupción, difícilmente capitalizará una recuperación económica. Los electores no suelen ser agradecidos y los populares han pisado demasiados callos. En Andalucía fracasaron y reaccionan erróneamente, como malos perdedores.

Rajoy puede ser el primer Presidente del Gobierno que no gane dos elecciones seguidas. Tras los comicios de mayo corre también el peligro, si los resultados son malos para el PP, de perder su poltrona en Génova. Difícil pero no imposible. En todo caso, parece que 2015 será su “annus horribilis”

Carlos Miranda

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