martes, noviembre 26, 2024
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Saqueo fiscal

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Al igual que el sol hace salir a los caracoles, la cercanía de las elecciones no para de ejercer su influjo en el presidente, que esta semana se ha adornado no con una sino con hasta dos apariciones públicas: la primera, vía videoblog –formato tan arriesgado como el plasma genovés pero mucho más vendible– y la segunda, en otro entorno tan arriesgado como el anterior, un mitin popular en Salamanca. Ambas con el mismo leitmotiv: España va bien, el milagro soy yo, ni se les ocurra cambiar de rumbo.

España va tan bien y las cifras de la EPA, aun con sus 114.300 puestos de trabajo destruidos en el primer trimestre, son tan “buenas, sin ambages y sin objeciones”, que al presidente no se le ocurrió otra cosa que llamar a la ciudadanía a felicitarse por ello. Quizás sí podría matizársele que la propia EPA constata que durante su mandato se han destruido 700.000 puestos de trabajo, el número de activos ha bajado en más de medio millón –es decir, han emigrado o movido al exterior en terminología gubernamental– y el número de hogares sin ingresos ha aumentado en 220.000. Claro que al presidente videobloguero no ha podido hacérsele ninguna pregunta. Nuevas formas, viejos hábitos, y un recurrente desdén por el sufrimiento de quienes no acaban de subirse al tren de la deslumbrante recuperación económica pregonada por el presidente.

Con todo, consciente de que para que la bicicleta –y con ella, el cuento– no se caiga, hay que dar pedales, se fue Rajoy a Salamanca a seguir pregonando el advenimiento de la recuperación económica y a elevar la decaída moral popular. Aunque eligió un mal tema: los impuestos.

Digo malo porque ni la creatividad lingüística de Fátima Báñez y Cristóbal Montoro, juntos o por separado, puede ocultar la realidad de los hechos: que Rajoy y su Gobierno han realizado la mayor subida de impuestos de toda la democracia. Así lo acaba de constatar la Agencia Tributaria, que ha revelado que los más de 50 impuestos subidos en esta legislatura han elevado la presión fiscal al ciudadano a su máximo histórico desde que aquella guarda registros. Nunca se había recaudado más con menos gente trabajando. Un sablazo en toda regla.

El Gobierno de Rajoy ha subido el IRPF, el impuesto sobre la renta de no residentes, el impuesto de bienes inmuebles y creado todo tipo de impuestos ambientales. Ha decretado la mayor subida de tasas universitarias que se recuerda, un auténtico cerrojazo al acceso a la educación superior de los jóvenes de familias menos adineradas. E implantado las tasas judiciales, un peaje al derecho a la justicia para todos. Además de haber elevado el repago farmacéutico, impuesto por primera vez también para pensionistas, y haber excluido de financiación pública más de 400 medicamentos. O haber subido innumerables tasas y precios públicos.

Y, por supuesto, ha subido el IVA hasta máximos del 21% -tipo general- y 10% -tipo reducido- además de reclasificar productos y servicios al alza para que salieran del segundo y entraran en el primero. Como los culturales. O los cuadernos escolares, todo un producto de lujo…

De la amnistía fiscal, mejor ni hablamos. No sólo ni tan siquiera cumplió las expectativas generadas por el Gobierno, sino que vergonzosamente redujo del 10% al 3% el tipo pagado por los defraudadores que se han beneficiado de ella. Y hay que ver quiénes se han beneficiado…

Debo admitir, con todo, que hay una crítica de las realizadas por Rajoy en relación al programa de Ciudadanos que hasta puedo compartir. “No es serio que quieran subir el IVA de los alimentos de primera necesidad”.

En realidad, presidente, y dejando a un lado el hecho de que la crítica la haga quien es responsable de la mayor asfixia impositiva de la historia, no se trata de una cuestión de seriedad sino de humanidad, de justicia con esos millones de españoles que aparecen reflejados en los informes de Cáritas o Save the Children tan denostados por su Gobierno. Esos que se encuentran en la zona de sombra de su asombrosa recuperación económica, atrapados en los nuevos empleos creados al albur de su reforma laboral y que no dan para vivir, atenazados por el desempleo y los recortes de las prestaciones sociales, asfixiados todos por su política fiscal.

Claro que, ya lo dijo María Dolores de Cospedal: desde el PP se ha trabajado mucho para saquear España. Con gran eficacia, añado. Para desgracia de la mayoría.

P.D.: Visto lo visto los últimos días, me pregunto si llegado el caso Albert Rivera también exigirá, para poder alcanzar acuerdos con el PP, la renuncia de Rajoy, Esperanza Aguirre, Rita Barberá… Una duda que estaría bien que aclarara a los españoles antes de que se abran las urnas el próximo 24 de mayo.

José Blanco

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