La bolsa ha vivido un mes de abril bastante volátil. La subida del IBEX ha sido tan vertical en los primeros meses del año que se hacía evidente que llegaría la corrección. Ahora la pregunta del millón es si ésta va a continuar y cuál va a ser su intensidad. Algunos piensan que no hay que irse muy lejos porque no va a durar mucho. Lo cierto es que la caída del selectivo español ha ido acompañada de un mal dato de crecimiento de Estados Unidos, la subida del euro y del petróleo y la falta de acuerdo sobre Grecia. La cuestión es que en abril el IBEX ha caído un 1,2, aunque aún gana un 10 por ciento en lo que va de año. Es difícil hacer una previsión para los próximos días. Mayo está cargado de acontecimientos que pueden influir en los mercados. Hay elecciones en el Reino Unido, municipales y autonómicas en España y más datos económicos influyentes.
Es muy probable que el PIB pueda llegar al 3,5 por ciento
En España, por cierto, conocimos el viernes el cuadro macroeconómico de previsiones del Gobierno para los próximos años. Este año, la economía española crecerá un 2,9 por ciento, una estimación cauta, según palabras del propio ministro de Economía, más teniendo en cuenta que ahora ya lo está haciendo a tasas del 2,6 por ciento después lograr un 0,9 por ciento de aumento en el primer trimestre. Es muy probable que el PIB pueda llegar al 3,5 por ciento. Se crearán 600.000 empleos, por lo que habrá 420.000 parados menos al final de la legislatura. La recuperación, según las estimaciones del gobierno, se basará en un aumento del consumo y la inversión y aunque las exportaciones también crecerán su aportación al PIB será negativa. Por primera vez desde la crisis, despega el sector de la construcción.
Las previsiones del gobierno se ajustan bastante a lo que están señalando otros organismos y servicios de estudios. No parecen, por tanto, demasiado optimistas, aunque hay que estar atento a la evolución del euro y del petróleo, ya que los expertos no creen que se puedan mantener bajos por mucho tiempo. Hay que tener muy presente además el daño que pueda hacer la incertidumbre en Grecia o un desenlace fatal de impago o salida del euro y la propia incertidumbre política en España con elecciones generales a final de año.
Carmen Tomás