A pesar de lo que está durando la campaña, andan los ciudadanos como locos informándose de las propuestas económicas de los distintos partidos que se presentan a las elecciones autonómicas y locales del próximo domingo. No se si estoy mediatizada, pero me parece que las promesas económicas están concitando mucho interés. Prácticamente, excepto el PP todos los partidos que tienen posibilidades de gobernar o de ser decisivos en la gobernabilidad van a subir los impuestos, porque en realidad lo que quieren es subir el gasto público. Después de tantos años de crisis, da la impresión de que no hemos aprendido nada. La recaudación que está subiendo porque aumenta el crecimiento de la economía, hay que gastarlo en los servicios públicos y sociales y poco más. En todo caso, todo euro sobrante debe ir a bajar aún más los impuestos para que los empresarios inviertan y los ciudadanos tengan trabajo y poder adquisitivo para gastar y cerrar el círculo pagando impuestos y cotizaciones.
En las últimas horas y precisamente por la mayor recaudación, el gobierno deja caer que podría bajar el IVA a medio plazo. Parece, según ha dicho el ministro De Guindos que la economía podría estar creciendo a tasas del 3,5 por ciento en el primer semestre del año. Tira de nuevo la construcción y sobre todo el sector del automóvil y el turismo. El empleo va a ir bien en los próximos meses, así que sería bueno que bajaran los impuestos. Todo lo que sea subirlos y gastar más puede acabar con el círculo virtuoso en el que habría entrado la economía. Endeudarnos más sería suicida. Si se trunca la política que ha conseguido darle la vuelta a la situación y parece que más de uno está por ello, volveríamos a la casilla de salida del 2007. En esto tiene razón el PP. Todo el esfuerzo y sacrificios realizados en estos años habrían sido en balde. Así que hay muchas cosas que pensar y muchas cuentas que hacer de aquí al domingo.
Carmen Tomás