Son, somos, muchos los que pensamos que las negociaciones que se llevan a cabo estos días entre distintas fuerzas políticas para llegar a pactos de gobierno carecen de la más mínima transparencia y dan la impresión de estar más dedicadas a cubrir sillones y despachos que a servir el interés de la gente. No parece, en efecto, que el ciudadano, una vez que ha dejado de ser elector, cuente mucho en los toma y daca que estos días se intercambian nuestros representantes en aras, dicen, a facilitar la gobernabilidad*de ellos.
Tanto el PP como el PSOE, como Ciudadanos y, en menor medida, Podemos, siguen practicando la vieja estrategia de encerrarse con sus interlocutores de otras formaciones para explorar posibles consensos que den el poder a unos en unos sitios, a otros en otros, en lo que parece un proceso de ocupación de cargos en el que, en el mejor de los casos, se quiere actuar para el pueblo, pero, desde luego, sin el pueblo.
Por eso mismo, me ha parecido un gesto digno de elogio la iniciativa del máximo dirigente socialista extremeño, Guillermo Fernández Vara, publicando el audio de su primera reunión con Podemos, en busca del acuerdo que le dará probablemente la presidencia de la Junta de Extremadura. Es un buen síntoma de que, al menos con este detalle, ha entendido que hay que cambiar la forma de gobernar, que la transparencia es un proceder esencial en los tiempos que corren y que a los ciudadanos hay que explicarles, con luz, taquígrafos y, en este caso, sonido, qué es lo que se negocia en su nombre. Me alegra poder elogiar a alguien en este contexto un tanto fenicio de la rebatiña por alcaldías y gobiernos autonómicos, rebatiña en la que uno se va acostumbrando a ser, como mucho, el no convidado. Y, además, de piedra.
Fernando Jáuregui