lunes, noviembre 25, 2024
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Habla, Mariano, habla

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Los barones, los secretarios generales, miembros de la dirección nacional, ministros, diputados, senadores y personal vario ya saben que allá donde los partidos de izquierda puedan, el PP quedará desalojado del poder. Esto es algo ya asumido desde el minuto uno. Incluso son muchos los que tienen la convicción de que una vez celebradas las elecciones generales, «si pueden nos mandan a la Oposición».

Digerir todo esto no es fácil. Cualquier colectivo, cuando se lleva un susto como el que se ha llevado el PP, primero se entra en pánico, luego viene el desaliento y, luego para no morir, se busca la esperanza. En el PP, ya se está en esta fase, en la de la esperanza y todos los ojos se centran en Rajoy. En realidad, y aunque haya quien piense lo contrario, es la única esperanza cierta que puede tener el Partido en el Gobierno.

Y ahí están, sorteando como pueden las preguntas de los periodistas que preguntamos y las respuestas son lo más parecido a puntos suspensivos. Nadie sabe nada pero todos comparten la sensación de que «lo que haya que hacer hay que hacerlo rápido y ya no vale cualquier retoque».

Habla, Mariano, habla, es lo que piden en el PP. Que Mariano Rajoy hable y tome decisiones. Se están generando expectativas sobre eventuales «cambios drásticos» con la mirada puesta en Madrid y Valencia en donde muchos consideran prioritario un «golpe de timón» y dar el puñetazo encima de la mesa aunque eso suponga poner patas arriba el actual status; es decir, tomar decisiones que pueden enfadar a Esperanza Aguirre o algunos gurús de Valencia. Quieren algo así como una gestora sobre la cual poder sustentar los equipos necesarios para hacer frente a las elecciones generales.

El PP quedará desalojado del poder

Esperan también que Rajoy tome cartas en el asunto y a partir de ahora la comunicación entre Moncloa y Génova sea fluida «y no nos enteremos de lo que hace el Gobierno por llamadas a los ministros que si están disponibles se ponen al teléfono y si no ni te enteras». Lo famosos «maitines» de otros tiempos han desaparecido y en Génova creen que es necesario retomarlos aunque se llamen de otra manera.

Quieren todo esto y algunas cosas más, pero nadie tiene ni idea de lo que pasa por la cabeza de Mariano Rajoy. Se sabe que está hablando con mucha gente, recogiendo opiniones, tanteando ánimos y los que, en principio, le conocen mejor tienen la convicción de que «ha tomado buena nota de todo porque de tonto no tiene un pelo». Estos mismos aseguran que «tiene paciencia de santo, gracias a su prudencia hemos salido de muchos charcos pero, que nadie se engañe, Mariano tiene un temple de acero y si cree que debe tomar decisiones que para algunos puedan ser duras, las tomará».

Sobre Rajoy están puestas las expectativas y esperanzas del PP en donde, en esta ocasión, se esperan decisiones «audaces» que den moral y nuevos ánimos a quienes se quedaron en casa, a los que consideran que una cosa es castigar y otra verse fustigados sin piedad por la izquierda.

«Podemos ganar las elecciones generales con holgura suficiente para gobernar, pero Mariano tiene que hablar más pronto que tarde y tiene que hacerlo de manera que todos los españoles, los que nos han votado y los que no vean con claridad que hemos tomado buena nota de lo ocurrido». Pues eso, que Mariano tiene que hablar y quizás romper con su tradicional previsibilidad. Si opta por chapa y pintura, el desaliento se hará dueño del Partido Popular.

Charo Zarzalejos

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