martes, noviembre 26, 2024
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Cifuentes-Gabilondo, un buen tándem

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Los votos y el acuerdo con Ciudadanos han permitido que Cristina Cifuentes sea la presidenta de la Comunidad de Madrid. El jefe de la Oposición Angel Gabilondo y ambos van a formar un buen tándem. Y es bueno no por el hecho de que gobierne Cifuentes y Gabilondo lidere la Oposición. Sería bueno si la ecuación fuera la contraria porque lo que trato de poner en valor no es tanto la ideología o los proyectos de cada cual, sino la forma que ambos tienen de estar en política.

Y el saber estar, cuando vemos tanta chabacanería, tanta vulgaridad, tanto argumento manido y tanta innecesaria descalificación del adversario, reconcilia la forma en que ambos han asumido su responsabilidad.

Para Cifuentes, la campaña no fue un trance fácil pero lo manejó con extraordinaria prudencia y temple. Cuando llegó la hora de empezar a hablar con Ciudadanos, sus palabras han sido más que cuidadas y su actitud tan firme como abierta que no es algo contradictorio. Si Cifuentes gobierna la Comunidad de Madrid y mantiene con los grupos de Oposición el talante, la forma en que ha demostrado saber estar, tiene todos los boletos para ser una excelente presidenta de la Comunidad.

¿Y Gabilondo?. Para empezar habrá que decir que es un hombre que jamás dice tonterías. Como bien dijo en el pleno de investidura , su proyecto es bien distinto al de Cifuentes. Defendió su posición con tanta claridad y convicción con una elegancia parlamentaria a la que no estamos acostumbrados. Gabilondo no deslegitimó el pacto PP-Ciudadanos, mostró su respeto personal -nunca haría lo contrario- hacia Cifuentes y el respeto institucional hacia el PP. Un personaje para quien, como él ha declarado públicamente, su «pasión es la moderación» es un personaje a respetar. Es seguro que no coincidirá con Cifuentes en multitud de ocasiones, pero también es seguro que no le dará vergüenza alguna coincidir con ella cuando la propuesta la considere oportuna.

Hago hincapié en las formas porque cuando se pierden las formas, el fondo peligra. Está muy bien que la corrupción nos alarme y nos escandalice, ¡solo faltaba¡, está muy bien que se hable y se trate de gestionar un nuevo tiempo, está muy bien que se pacte y que se discrepe. Sin embargo todavía quedamos algunos tontos -habrá quienes nos llamen cursis- que creemos que en este nuevo tiempo también se debería incluir el objetivo de las buenas formas, del no insulto que es una manera u tanto soez de sustituir las ideas por las ocurrencias

El pleno de investidura de Cristina Cifuentes fue todo un ejemplo, por parte de todos los portavoces, de cómo es posible defender posiciones diferentes, discrepar profundamente sin que la sangre salte por las paredes. Y cuando esto ocurre en medio de la selva dialéctica que desde hace demasiado tiempo se ha instalado en España, es de agradecer. Cifuentes puede ser una gran presidenta de la Comunidad de Madrid y Gabilondo, con toda seguridad, va a prestigiar la labor de Oposición. Por algo Pedro Sánchez le ha incluido en esa especie de gobierno a la sombra que será el encargado de elaborar el programa electoral.

Charo Zarzalejos

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