Las negociaciones de los acreedores con Grecia siguieron marcando la información económica esta semana. Cierto que los inversores, ya hartos, se decidieron por las compras ante lo que parecía un acuerdo inminente. El IBEX, de hecho, logró el lunes la mayor subida desde septiembre de 2012, casi un 4 por ciento. Y pese a las incertidumbres que a lo largo de la semana se han ido sucediendo, reuniones y más reuniones, el selectivo español ha logrado cerrar la semana con la segunda mayor subida del año.
Pero, puede ser flor de un día, ya que lejos de solucionarse la negociación con las autoridades griegas, éstas siguen echando pulsos. Ahora, Tsipras va a pedir un aplazamiento para convocar una consulta popular que, al parecer no permitiría su constitución. Sí o no a la última propuesta de la Unión Europea que ha ofrecido a Tsipras una prórroga del rescate por cinco meses y unos 15.500 millones de euros. A cambio Grecia tiene que comprometerse a llevar a cabo una serie de reformas que tienen que ver con el mercado laboral, el sistema público de pensiones y los impuestos.
El presidente de Grecia no se corta un pelo y habla de que la Unión Europea quiere humillar al pueblo griego, que cada día con su noche hacen larguísimas colas para sacar el dinero de sus cuentas bancarias. A la hora de escribir este artículo todo es posible. De hecho, nadie se atreve a descartar un corralito y menos a pronosticar qué puede pasar en esta decisiva semana tanto en los mercados de acciones como de deuda.
Seguimos por tanto a la espera de lo que ocurra ante este nuevo órdago de Tsipras a sus socios europeos. Un órdago que la oposición califica de callejón sin salida y que sin embargo es aplaudido en España por Podemos, cuyos dirigentes y cargos electos se han sumado a un «hastag» de apoyo al pueblo griego en el que aparecen insultos a varios ministros y jefes de Estado y donde la UE es tachada de nazi.
Carmen Tomás