lunes, noviembre 25, 2024
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Con Grecia en el corazón

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En esta ocasión las encuestas se han equivocado tal vez como nunca antes. De modo que el no en el referéndum griego iba a ganar por un escaso margen de un par de puntos. Y los de Syriza han arrasado con más del 60%, unos 23 puntos por encima del sí. Motivo por el cual todo el mundo se ha quedado descolocado y las explicaciones que estamos escuchando desde la noche del domingo son como para parvulitos. La única que puede convencerme un poco es que el pueblo griego tenía tan interiorizada su negativa a las imposiciones macroeuropeas que le importaba un bledo dar o no respuestas absurdas a los encuestadores. Tengo muy presentes los comentarios previos, los vaticinios de Rajoy en los días que precedieron a la consulta popular. Lo siento pero no puedo evitar una risa sarcástica al recordar las expresiones de nuestro amado presidente del Gobierno. Es que no ha dado en el clavo ni una ni media ni nada. Me da rubor identificar al ciudadano Mariano Rajoy con mi presidente del Gobierno, pero me aguanto, le animo a que rectifique y aprenda de los fracasos y espero que cambie de actitud en lo que le quede de poder. Cosas parecidas diría yo de Frau Merkel pero no lo haré ahora porque me tiene sin cuidado la señora. Aunque no me privaré de decir que la Frau sigue pecando de inflexibilidad y de crueldad infinitas.

El gesto de Yanis Varoufakis de dimitir es inaudito y solo cabe en una persona de generosidad ilimitada. Se sacrifica después de su gran triunfo, para facilitar los caminos de un posible acuerdo con sus maltratadores que se traduzca en un giro favorable a sus machacados compatriotas. De paso, a lo mejor consigue torcer el rumbo de egoísmos y traiciones a los ideales de los padres fundadores de la idea paneuropea. Lo mismito, lo mismito que la Frau, el Hollande, el Cameron, don Mariano y otros grandes padres de la Europa soñada, soñada en los brazos de los grandes detentadores de los enormes poderes financieros de este maldito mundo. Venga, a lapidar a Podemos, a Pablo Iglesias, al niño Errejón y a los ganadores recientes del poder local y autonómico. Estaban soñando con una buena ocasión. Pues ya la tienen. Lo malo es si les sale otra vez el tiro por la culata y empujan a los populistas esos hacia el triunfo en las elecciones generales, cuya fecha todavía estudia el presidente en los ratos que le quedan libres tras maquinar decisiones políticas tan burdamente electoralistas como la del IRPF que Dios confunda. Pero aguantemos ahora la nueva temporada de grandes incógnitas que se abre en plena canícula tras el gran batacazo dominical de la oligarquía financiera y terrateniente, que dirían los viejos y adorables camaradas Inchaustis.

Pedro Calvo Hernando

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