El nacionalismo vasco en su conjunto, incluida la organización terrorista y nacionalista ETA, está hoy de enhorabuena: con la elección como Presidenta del Gobierno de Navarra de la dirigente de Geroa Bai, Uxue Barkos, se inicia el camino de la conquista de un territorio que es Viejo Reino, que tiene a sus espaldas una larga y dilatada historia, pero que siempre ha sido un objetivo prioritario de ese nacionalismo fundado por el visionario de Sabino Arana que concibió una Euskal Herria compuesta por siete territorios: los tres de la actual Comunidad Autónoma Vasca -Álava, Vizcaya y Guipúzcoa-, Navarra y otros tres situados en el sur de Francia: Lapurdi, Zuberoa y Baja Nafarroa.
Si la España constitucional del 78 no tuviera ya suficientes rotos y desgarrones debido al desafío independentista de Cataluña, a la amenaza soberanista siempre latente desde el País Vasco, ahora se añade uno más: la posibilidad de que quienes van a gobernar Navarra lleven adelante esa vieja aspiración nacionalista de integrar a la Comunidad Foral en el País Vasco. Y por mucho que la nueva Presidenta del Gobierno de Navarra intente mandar un mensaje de aparente tranquilidad, en la línea de que esa integración no es un objetivo prioritario de su gobierno, conviene recordar que los nacionalistas si algo tienen es que son muy constantes y perseverantes a la hora de alcanzar sus objetivos. Cuesta creer que renuncien a uno que forma parte de su esencia y de su razón de ser.
Ahora se añade un desafío más: la posibilidad de que quienes van a gobernar Navarra lleven adelante esa vieja aspiración nacionalista de integrar a la Comunidad Foral en el País Vasco
La prueba de que no se pararán en barras es que después de colocar a Bildu al frente del Ayuntamiento de Pamplona, una de las primeras decisiones de la señora Barkos ha sido confiar la Consejería de Interior de su Gobierno a una abogada propuesta por la marca política de ETA. Es decir, que quien va a mandar sobre la Policía Foral y sobre todas las cuestiones de seguridad que atañen a los navarros es una persona avalada por Bildu. Como narra la conocida fábula, es poner a la zorra a cuidar el gallinero.
Alguien puede pensar que esto es lo que han querido los navarros pues con su voto han dado la posibilidad de conformar una mayoría de gobierno a las fuerzas políticas partidarias de la integración de Navarra en el País Vasco. Siendo esto verdad, también lo es la enorme responsabilidad que en esta situación tienen los dos partidos nacionales, PP y PSOE, que por diferentes motivos se han convertido en absolutamente irrelevantes en el mapa político navarro. Tengo para mí que ni a Rajoy ni a Sánchez les preocupa ni ocupa en exceso lo que pueda suceder en Navarra. Ellos, piensan, están para asuntos de mayor calado. Y no se dan cuenta que lo que pueda suceder en la Comunidad Foral de Navarra es básico para el proceso de ruptura de la España constitucional. Si eso no les parece importante es que, simplemente, o están muy ciegos o son unos irresponsables o ambas cosas a la vez.
Cayetano González