El PSOE ha contratado a Luis Arroyo, el verdadero gurú monclovita de ZP para que convierta a Sánchez en ZPedro, sin que se note mucho, y en presidente del gobierno. 170.000 euros no es una cantidad excesiva cuando la meta es tan ambiciosa y el brujo electoral tan prestigioso.
Como sabrán, y si no se lo cuento, en política la cuestión no es ser sino parecer y que cuele. Aquí no vale lo de la mujer del César que no solo tiene que ser buena, sino parecerlo. Aquí lo esencial, y con eso sobra, es que lo parezca. Ese es el markéting político. Es más, lo que se es, lo que en verdad se piensa y se pretende, mejor dejarlo a un lado no se vaya a enterar el personal de lo que hay dentro del envoltorio de colorines.
Como sabrán, y si no se lo cuento, en política la cuestión no es ser sino parecer y que cuele.
Así que ya saben de donde viene lo del banderón , los trajes, las corbatas y demás puestas en escena. Son los magníficos spot producidos y dirigidos por Arroyo. Que luego en Castelfedels se vota para que sea Ayuntamiento independentista y en Badalona extremista, que se pacta con todo separatista que se ponga a tiro, que se les entrega hasta la hijuela en las comunidades autónomas y lo primero la lengua común en bandeja de plata para que sea casi un delito el estudiar en ella, eso nada, eso pecata minuta si se logra que no salga, o se solape en dos días, en las teles y en las tertulias. ¿Qué importan los hechos si en política la publicidad engañosa, no tiene control ni multa sino el premio gordo del poder?.
Para alcanzar esa ansiada meta hay muchos que siguen creyendo que la pareja de baile, y vistos los pactos, es lógico pensarlo, es Iglesias. Desde luego es una opción. Es más, de obligado cumplimiento pero no para ellos sino para la novia, porque sabe muy bien el PSOE que a esa boda, se pongan los Podemitas lo estupendos que quieran están obligados. Porque es la del encaste de izquierdas. Pablo Iglesias, aunque se crea el rey del mambo, camina con absoluta bisoñez hacia el papel de comparsa y de soguilla del PSOE. Las encuestas se lo dicen cada vez más claro y más alto, pero el viejuno adolescente, fatuo como él solo, se niega a verlo. El PSOE, aún perdiendo, ha aguantado y es el gran beneficiario del poder. Podemos, que fue amenaza, es ahora colaborador y aliado. Y lo será para llegar a la Moncloa, si el PSOE lo quiere y le conviene, por las buenas o a la fuerza. A los Podemitas no les quedara otra, si la matemática suma.
Votar Podemos es cada vez más, y ellos cada vez menos, votar ZPedro en Moncloa. Son simplemente la marca roja del PSOE. Mientras convenga. Y ahora conviene. Como si fuera preciso añadir a la boda y a la cama a todos los que fuera preciso, a siete siglas y cuanto secesionista o lo que sea, se ponga a tiro.
Pero ese no es el plan A. Ese es el plan B con esa derivada aún más extrema del C, el de llegar al poder perdiendo las elecciones. El A es otro y ese es el bueno, por el que se apuesta sobre cualquier otro, aunque para ello parezca condición importante, aunque vaya usted a saber si imprescindible y tal vez con casi empatarle vale, el conseguir la victoria en escaños contra el PP. Entonces es cuando se vería, ahora mejor que no se sepa no sea que se quede sin dote, que el objetivo es otra boda y con otra pareja. Ciudadanos y Rivera. Los Podemitas son una novia, pero ya la tienen en la cama, ya no es la favorita. La deseada, la guay, la cortejada es Ciudadanos. El sueño es poder desposarla en diciembre. Esa es la boda deseada. Sánchez y Rivera en la Moncloa.
Me dirán que no va por ahí buena parte del electorado de los unos, pero les señalo que si va muy buena parte de su dirigentes y que Rivera no pone mala cara. Ninguna. El otro novio es quien no le gusta nada. Es más, de haber boda con el PP casi que tendrían que cambiarlo para dar el sí en la ceremonia. Su Secretario de Organización Fran Hervias pregona con reiteración, aunque haya ilusos que quieran ver otra cosa, que no son la marca blanca, Claro que no. Algunos peperos ya les empieza a parecer la marca negra que puede dejar a su partido en las tinieblas. Y que nadie se haga ilusiones con los pactos que ahora están vigentes en Comunidades y Ayuntamientos, en muchos casos a regañadientes, obligados por la circunstancia y mucho menos complacientes y condicionados que el firmado con los socialistas en Andalucía. Si hubiera pacto monclovita eso no duraba ni minutos y no quedaría un ayuntamiento ni una comunidad autónoma en manos populares. Esa sí que puede ser la famosa «segunda vuelta» a la que dicen sí, pero a la que se niegan porque eso es hacer que en efecto los alcaldes y los presidentes de comunidades los elijamos los ciudadanos y no sus pactos.
Y para este, para el de Ciudadanos-PSOE ya hay casamentera, o Celestina o llámesele como se quiera, pero se llama Pepe Bono. Sí. El mismo de la cena de Podemos a la que se llevó a Page y al inefable Zapatero y de la que ya conocen el resultado y cuyos frutos, tras hacerse el enfadado o aparentar estarlo, ha recogido Sánchez por toda la geografía hispana. Pues bien, ahora y sin dejar a la ya conseguida, hay que comenzar, de hecho se ha ido haciendo a la par, otro cortejo y en este preciso instante el agasajado es Rivera y la amistad entre ambos creciente. Bono se ha convertido en el mejor amigo madrileño del recién instalado vecino. Son frecuentes los encuentros y las cenas, varias previas a las elecciones, no por discretas menos sugerentes. Son muchos los puntos de encuentro y mucha la capacidad seductora del albaceteño. Pepe Bono no tiene rival en ello, ni hay nada en el mundo que más le guste que dedicar toda su inteligencia y empatía política, que es enorme, a lograrlo.
Es lo que hay, lo que sé, lo que interpreto y lo que cuento, sin pronunciarme siquiera en si ese enlace, un posible gobierno PSOE-Ciudadanos, sea bueno o malo para España y para los españoles. Que esa ha de ser la pregunta y de su respuesta ha de derivarse nuestro juicio. O al menos, el mío.
Antonio Pérez Henares