El presidente Mariano Rajoy cree que «la cosa va mejor». La cosa, en su peculiar lenguaje, es la economía pero también es España, donde ya ve posible «mirar el futuro con optimismo». Si hay algún problema aclara que no es asunto suyo, ya que los riesgos «no vienen de la economía sino de la incertidumbre política», ante la que se confiesa ajeno, al centrarla en el independentismo catalán y en los pactos de la izquierda. ¿Conclusión? O (más) Rajoy o el caos.
El tiempo ha querido que semejante planteamiento político, que se descalifica por sí mismo, coincidiese en la misma semana con otro del presidente de EEUU, Barack Obama. Veamos algunas diferencias.
Obama parte de reconocer que EEUU sufrió hace siete años -como España- la peor crisis financiera de las últimas generaciones, sin hacer exclusiones: «Esta crisis nos costó mucho a todos, y nos hizo recordar que todos, absolutamente todos, estamos en el mismo barco». También esa crisis costó en EEUU la pérdida de trabajos, viviendas y ahorros.
Rajoy y Obama no emplean lenguajes distintos sólo porque sus talantes y estilos sean muy diferentes, que lo son, sino porque sus mensajes están asociados a políticas distintas frente a la crisis, y a resultados diferentes.
Las diferencias no están en los problemas, sino en las soluciones a esos problemas. Tras su gestión de la crisis, Obama da datos: las empresas de EEUU han creado casi 13 millones de nuevos puestos de trabajo en los últimos 64 meses, el mercado de la vivienda mejoró y el mercado de valores se duplicó y con ello se pudieron recuperar los ahorros para el retiro de millones de personas, al tiempo que 26 millones de personas defraudadas recuperaron su dinero. Obama también ofrece garantías: los días de los rescates financiados con el dinero de los contribuyentes llegaron a su fin y ahora la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor -independiente del Gobierno- tiene una única misión: proteger a los consumidores de Estados Unidos.
Rajoy y Obama no emplean lenguajes distintos sólo porque sus talantes y estilos sean muy diferentes, que lo son, sino porque sus mensajes están asociados a políticas distintas frente a la crisis y a resultados diferentes. Aunque Obama no lo dijese, donde va mejor la cosa es en EEUU.
José Luis Gómez