Hombres y mayores de 25 años han sido en julio los colectivos que más se han beneficiado de la reducción del paro. Un total de 74.028 personas salieron ese mes de las listas del desempleo. Julio es el sexto mes consecutivo que sucede esto; es el mayor descenso en este mes desde 1998 y la reducción es de más del doble que en el mismo mes del año pasado. Por lógica, en el sector donde más cae el paro es el de los servicios, aunque también cayó en la industria y en la construcción. La caída del paro se produjo en todas las comunidades autónomas, excepto en Extremadura. El número total de parados supera los 4 millones en apenas 46.000 personas. La otra cifra relevante del día la ofrece la creación de empleo, las altas en la Seguridad Social que se acercaron a las 60.000 respecto a junio con lo que el número total de ocupados supera los 17,3 millones de personas. En términos interanuales, el empleo ha aumentado casi un 3,5 por ciento, unos 568.000 puestos de trabajo.
Los inversores y acreedores están valorando qué ocurriría si España diera un giro y se instalaran en este país políticas socialistas y populistas
La mejora en el empleo y en la reducción del paro son indiscutibles. Y es obvio que mientras haya, como ahora, 4 millones de desempleados, nadie puede estar plenamente satisfecho. Pero, está claro, que la economía está creciendo y creando empleo ahora a ritmos mayores, y parece que sostenibles, que hace apenas un año. Ahora el PIB crece a ritmos superiores al 3 por ciento y no parece, a pesar de la incertidumbre que siempre generan los procesos electorales, y de aquí a final de año habrá dos, que las cosas se vayan a torcer. Sin embargo, puede ocurrir. Los inversores y acreedores están valorando qué ocurriría si España diera un giro y se instalaran en este país políticas socialistas y populistas. Las primeras ya nos llevaron al fracaso absoluto y las segundas hemos tenido oportunidad de ver lo ocurrido en Grecia en unos meses. No sólo se ha impuesto un «corralito» sino que el PIB, que crecía a finales de 2014, puede caer hasta cifras de dos dígitos. Y más cerca aún, podemos observar con criterio lo que se empieza a ver en muchas comunidades autónomas y ayuntamientos donde gobiernan grupos radicales a los que han dado mando en plaza los socialistas o donde gobiernan los socialistas gracias a los apoyos de los radicales. Tomemos nota porque los pueblos pueden suicidarse.
Carmen Tomás