La famosa frase italiana de «piove, porco goberno» con la que se parodia la costumbre de culpar al Gobierno de turno de todos los males aunque a veces no tengan nada que ver con su propia gestión, se puede aplicar a lo que en muchas ocasiones hace la oposición socialista española al Gobierno de Mariano Rajoy.
Entiendo que en la disputa y en la rivalidad electoral, especialmente cuando llegan unos comicios, se eleven los tonos, maneras y gestos de hacer determinadas políticas, pero como dirigente político jamás aceptaré las miserables y mezquinas que pueden ser determinadas declaraciones y afirmaciones que provienen con nombre y cargo político propio, en este caso Carmen Montón, secretaria general de Igualdad de la Comisión Ejecutiva del PSOE y además consejera de Sanidad de la Comunidad Valenciana, quien ha tenido la brillante idea y osadía de decir que el doble crimen de las chicas de Cuenca revelan las vergüenzas del Gobierno Nacional del Partido Popular en materia de lucha contra la violencia de género al tratarlo, según ella, con insolencia.
Yo simplemente le diría a la señora Montón, a quien no tengo el gusto de conocer, que en política no vale todo, mi estimada señora, y permítame que le diga especialmente cuando se trata de un caso tan doloroso para todos los españoles como el asesinato de Cuenca, así como en todos los asesinatos cometidos con anterioridad a los de Cuenca.
Sí, en todos, absolutamente en todos. También en todos esos centenares de crueles y cobardes asesinatos a mujeres cometidos en las etapas que los dirigentes socialistas de su partido político estaban en el Gobierno de la Nación. Digo cientos y no me equivoco, pero que a diferencia de las declaraciones de la señora Montón, sin reproches, porque aquí no hay un problema ni de derechas ni de izquierdas, ni de conservadores o progresistas, sino de bárbaros asesinos que desprecian, violan, maltratan y matan a mujeres.
La señora Montón podría hacer estas declaraciones que ha hecho si cuando los socialistas de su partido gobernaban hubiesen encontrado la receta mágica para acabar con esta lacra, pero debería pensar que ni los gobiernos de su partido, ni los míos, ni los de Europa hemos encontrado la varita mágica para erradicar definitivamente esta lacra de nuestra sociedad occidental.
A mí tampoco me tranquilizan ni los datos que dicen que en el resto de Europa, especialmente en los países del norte, los cuales son ejemplos para los que se llaman progresistas en muchos casos, como Finlandia, Suecia u Holanda los porcentajes de violencia de género son más altos que por estas latitudes, ni me tranquilizan que dirigentes políticas, que se supone que son expertas en estos temas por su cargo, pongan el ventilador para enfangar a un Gobierno, sea del signo que sea, aprovechándose de esta tragedia que padecemos en nuestra sociedad.
Algunos podrían recordarle a la señora Montón que quien escupe al cielo tiene muchas posibilidades de que le caiga encima. Por eso bien haría mi estimada señora en mirar alrededor suyo e intentar solucionar y atajar lo que tiene y ha tenido más próximo y cercano, antes de fusilar a los demás.
Carlos Iturgaiz