Ella ya lo dijo en televisión, «a quien no le guste, que no mire«, mientras lucía palmito tapada. El verano, como bien nos recuerda un anuncio televisivo, a veces hace que echemos de menos el invierno y sobre todo cuando los vestidos vuelan y se puede ver lo que éstos ocultan.
Anabel Pantoja ha sido la penúltima famosa en ser pillada en «topless» y 'Sálvame' ha aprovechado la ocasión para mofarse de ella, para ridiculizar sus curvas, sus pechos, su barriguita y, en general, toda su figura lozana.
Frases como «parece que con el paso del tiempo sus ‘pantojitas’ no están igual de erectas que en el reportaje que hizo para 'Interviú'” o «¿cual es el origen de esas grasillas,? Su vientre terso se ha convertido en la versión adiposa de las casas colgantes“, así lo demuestran.
En el programa de Telecinco, cadena a la que suele ser invitada con mucha frecuencia la sobrina de la tonadillera encarcelada, hicieron más escarnio asegurando que «la sobrinísima no parece la misma que en las fotos que sube a las redes sociales, a no ser que aguante la respiración para hacérselas«, para a continuación sentenciar que «a nosotros nos encanta ver a Anabel en su rotundidad”.
A nosotras, por ejemplo, no nos gustaría ver en «rotundidad» a Mila Ximénez, Lydia Lozano, María Patiño o, sobre todo, Karmele Marchante. Si ya vestiditas provocan náuseas a personas ajenas a la secta de Telecinco (los que se levantan, comen, meriendan, cenan y se acuestan sin cambiar de canal), imagínense la que podrían causar en la psique humana si apareciesen sin ropa. Para no recuperarse jamás.
Yo, por ejemplo, estuve varios meses con pesadillas cuando Karmele lució sus pechos en el recordado 'Campamento de verano' (que conste que lo recuerdo sólo al ver el castañazo que es su réplica actual, 'Pasaporte a la isla').
Anabel no está para desfilar en la Pasarela Cibeles, ni en ninguna otra, pero ¿y quién lo está?. Desde luego que ninguna de ese programa que tanto la ha criticado. Claro que, quizás podrían alegar en su defensa que por eso les pagan, por poner a parir a quien sea, siempre y cuando no sea ninguno de sus colaboradores o familiares. Ahí, chitón.
Estos ya pueden emular a Tejero, robar más furgones que el Dioni o violar a un rebaño de ovejas que nadie de los de la secta sabrá jamás ni una palabra de ello. Los que vemos otras cadenas sí, aunque nunca sea abriendo ningún informativo o haciendo hincapié en ello. Nadie quiere tener a enemigos como Kiko Hernández, Matamoros o la Ximénez. Con tantas horas como están en televisión, el osado saldría escaldado. Sólo las moscas tenemos licencia para ello. Sobre todo las inmunes a los mata-insectos.
La mosca