Ha formado parte del grupo de los mejores, de los políticos que se dejaron la piel por construir Primero, y asentar después, una España mejor.
Txiki Benegas era de los pocos que tenían el Estado en la cabeza, y por tener el Estado en la cabeza renunció a defender algunas de las ideas que le llevaron a la política para sumar esfuerzos en lugar de poner chinitas en el camino de la pacificación del País Vasco, con una ETA que provocó daños que dejarán huella permanente y que se ha cobrado víctimas mortales y no mortales, entre ellas algunos de los mejores amigos del político vasco que ha muerto demasiado joven aunque su trayectoria es larga en hechos que marcaron la historia reciente.
Se le ha llorado con sinceridad porque era un pedazo de político además de un personaje de humanidad fuera de lo común. Pero algunos de los que le han dedicado merecidísimos elogios, no fueron muy generosos con él hace años, cuando le hicieron pasar momentos amargos al tratar de apartarle de las listas al Congreso de los Diputados para colocar a quienes le parecían más afines, sin tener en cuenta la experiencia y la bonhomía de Txiki Benegas. Ojalá en la política actual hubiera muchos como él, defendiendo con uñas y dientes los principios que consideraba inamovibles.
No estamos pendientes de lo que de verdad importa: el paro, la estabilidad, la defensa del Estado del Bienestar… y la lucha contra el terrorismo islamista.
Principios que desde luego no se ve en los independentistas catalanes, que se mueve al son de lo que les conviene. El espectáculo que están dando Artur Mas y Cia es de los que abundan en la idea de que un sector de la clase política no da la talla ni de lejos. El dirigente de la CUP Jordi Sánchez dijo una verdad como un templo, que la independencia de Cataluña suponía su salida automática de la UE, pero en cuanto se dio cuenta de que esas palabras hacían flaco favor a su estrategia, donde había dicho digo dijo Diego y recogió velas. La campaña electoral es de alucinar en colores, con un candidato que anticipa elecciones pero no presenta programa de gobierno, una sucesión infinita de mentiras con las que Mas intenta atraer adeptos a su línea independentista, unas cuentas manipuladas para presentarse por un lado como víctimas y por otro como nación de riqueza inconmensurable si se desgajara de España, y con el lío añadido de que los catalanes no saben a quién votan como candidato a la presidencia de gobierno si se inclinan por “Juntos por el Sí”. Y la Colau sin aclarar qué defiende, porque según con qué pie se levante muestra sus simpatías por el independentismo o defiende solamente el derecho de los catalanes a pronunciarse pero sin abrazar la causa de la independencia.
Enredados en la campaña para llevarse el gato al agua el 27 de septiembre, no estamos pendientes de lo que de verdad importa: el paro, la estabilidad, la defensa del Estado del Bienestar… y la lucha contra el terrorismo islamista.
Estos días se están publicando datos preocupantes sobre el DAESH y su afán por lo que llaman el califato español, al hilo de la desarticulación de células de captación de hombres y mujeres para que se sumen a las filas yihadistas. La opinión pública española no acaba de asumir la situación de riesgo que vivimos hace meses, sólo ahora parece que empiezan a preocuparse al conocer datos que ofrecen las fuerzas de seguridad para ver si así se logra concienciar sobre el peligro y además se incremente la colaboración ciudadana, que es vital. Hace unas semanas contamos que había revistas clandestinas del DAESH dirigidas especialmente a los españoles susceptibles de integrarse en la Yihad. Revistas con fotografías hechas en lugares perfectamente identificables, en territorio español.
Afortunadamente, Policía, Guardia Civil y CNI no bajan la guardia ni un segundo. Hace mucho tiempo que su prioridad es detectar a los islamistas. Lo estamos viendo, con la sucesión de detenciones y la localización y seguimiento de los “retornados”.
Pilar Cernuda