Siendo como es un hombre dado a la reflexión, al silencio y absolutamente imperturbable sería realmente insólito que a estas alturas de su vida y de la propia legislatura, Mariano Rajoy no se haya planteado todas las hipótesis posibles que, como muy tarde, comenzarán a concretarse en las próximas Navidades. Sean las elecciones el día 13 o el 20 de diciembre, lo que sí parece seguro es que el turrón del 2015 el hoy Presidente continuará en La Moncloa.
Muy, muy mal dadas le tendrían que venir al PP para que no fuera la primera fuerza política o, por el contrario, muy, muy bien dadas le tendrían que venir al PSOE para que el traspaso de poderes se produzcan al son de los villancicos. Todo puede ocurrir, pero la hipótesis más probable es que Rajoy sea de nuevo el anfitrión de la tradicional copa de Navidad.
Justo hasta este momento llega la hipótesis probable. A partir de ahí, todo esta por ver. La experiencia demuestra que valen más los pactos que los votos. Y como Rajoy lo sabe, el Presidente ya piensa en su futuro que aun siendo verdad que éste va a depender de lo que ocurra justo después de las elecciones generales. Sin embargo, la decisión central –eso aseguran quienes aseguran conocerle bien– ya la tiene tomada: tanto si gobierna como si no, la próxima legislatura será su última legislatura y además nunca escribirá sus memorias.
La experiencia demuestra que valen más los pactos que los votos
Las próximas elecciones van a ser –al margen de cualquier circunstancia política– un antes y un después en el PP. El Congreso Nacional, previsto, en principio , para el próximo mes de febrero, dará a luz un «nuevo» partido en el que, con toda probabilidad, toda una generación política dará paso a nuevas gentes. Y Rajoy sabe que es necesario y de hecho ya ha colocado al frente del partido a nuevos jinetes. Cospedal no se ha ido, pero va a aparecer lo justo. Tampoco Javier Arenas, hombre incombustible donde los haya, y así unos cuantos mas.
Si Rajoy es en 2016 el Presidente de Gobierno es mas que probable que continúe siéndolo también del PP porque la bicefalia solo la gestiona con pericia el PNV. Los demás partidos huyen de ella como de la peste. Pero ¿y si no preside el Consejo de Ministros?. «No nos va a dejar tirados», aseguran en Génova. Es decir, no va a tirar la toalla a primeras de cambio. «Irá al Congreso para alentar el cambio que es seguro se va a producir y él se retirará».
En Génova, ahora todo se centra en Cataluña con la mirada puesta en las generales, pero hay alguno que ya puesto las luces largas y se ha colocado mentalmente en febrero. El Congreso Nacional del PP, créanme, promete. Y mucho.
Charo Zarzalejos