A Jerry Lewis le debemos un principio esencial aplicable al análisis político, la crítica literaria y toda interpretación de la realidad con algo de solvencia.
En la mejor versión cinematográfica del extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde, titulada en español El profesor chiflado (The nutty professor, 1963), el protagonista es un feo investigador que se convierte tras ingerir el bebedizo en Buddy Love, apuesto galán que triunfa como cantante en los clubes y entre la muchachada femenina.
En la soledad del laboratorio y las probetas, el Lewis bizco y con dientes de conejo tiene que lidiar con un cuervo hablador que le advierte desde su jaula del lío en el que se ha metido, hasta que le suelta el profesor: «eres un pájaro estúpido…, de pico largo». Ahí está el hallazgo.
Cualquier interpretación de la actualidad política debería combinar una recopilación de hechos comprobables (el pico largo) sobre los que acompañar una opinión (pájaro estúpido). Sobre la deriva soberanista de gran parte de la derecha catalana escuchamos competentes tratados sobre fiscalidad, por un lado, o alusiones encuadrables en el mundo mágico de la religión-nación, pero escasean integrados.
A un mormón, por tomar una confesión con no demasiados fieles en España, resultaría complicado convencerle de que apostatara apelando al IBI o a que el verdadero dios es el nuestro. Y se podría añadir que ninguno de los dos tipos de argumentos han conseguido éxito alguno para despertar a los muchos catalanes que consideran que su identidad es múltiple y la nacionalidad no encabeza el listado de sus preocupaciones.
En la comparecencia de este mes de agosto ante el Congreso del ministro del Interior para explicar las causas de haber recibido en su despacho oficial a un presunto delincuente llamado Rodrigo Rato, Jorge Fernández Díaz utilizó muchos adjetivos y pocas razones objetivas que justificaran el encuentro.
Aunque en este caso debamos reconocer completa coherencia al ministro en su línea de pensamiento, sea condecorando al santoral o repitiendo dogmas de fe como la próxima llegada del yihadismo vía familia de refugiados caminando por las vías del tren en Hungría. Aquí retuerce la realidad con evidentes objetivos políticos, pero viene la referencia en su parte de argumento no racional ni sustentado por datos.
Más vale la lucidez mediocre que el delirio, decía Umbral. Más vale estar aproximadamente en lo cierto que completamente equivocado, decía otro.
El delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha ha pedido hace unos días en Talavera de la Reina a la virgen del Prado, patrona de la ciudad, que «no se rompa la unidad de España».
Julius Kelp -el químico Jerry Lewis- y hasta su pájaro echarían en falta una parte importante del discurso.
Carlos Penedo