Los principales ríos de Portugal nacen en España, menos el Mondego, que pasa por Coimbra, y el Sado, que desemboca en Setúbal, siendo éste uno de los pocos ríos del mundo que va del sur al norte, como el Nilo.
Por esta circunstancia, porque dependen de lo que gastemos los españoles, y de nuestro clima, en Portugal prestan gran atención a la sequía. La falta de lluvias y el aumento acelerado de los regadíos en España, obligarán a revisar en profundidad el Acuerdo de Albufeira de 1998, que es periódicamente examinado por las partes (la última en julio de este año). Sólo en la cuenca del Duero, los regadíos españoles pasarán de 561.000 Ha a 640.000 Ha para 2027 (Plan Hidrológico Nacional).
No sé si algún político español está mínimamente preocupado por el cambio climático o, por lo menos, por la sequía. Por sus silencios, no lo parece. Están ocupados con sus dilemas nacionalistas y sus mensajes electoralistas.
Además, cuando por fin llueve, que es raro, los medios hablan siempre de ‘mal tiempo’ o de alertas rojas, naranjas, marrones, negras, incluso de una especie de maldición bíblica nueva, las ciclogénesis explosivas (lluvia, temporales, de toda la vida). Es curioso, porque nuestro país se desertiza cada vez más, pero no parece preocuparnos demasiado. El medio ambiente no está en las agendas de los partidos españoles, salvo como adorno, como mucho.
Y para las Autonomías no hay debate, sino sólo las egoístas guerras del agua (nos gustan los términos agresivos, parece).
Hace unos días, el 'Jornal de Noticias', de Oporto, ponía el acento sobre este problema, con datos oficiales (“La sequía y España vacían el Duero y el Tajo”, “Menos agua en la frontera”, 11 de septiembre).
En Portugal, en la cuenca del Duero, el descenso es de casi el 25%, en la del Tajo, llega hasta el 90%. Además de la cantidad, hay un problema de calidad de las aguas, que ha sido denunciado por la asociación ProTejo, sita en la bella población de Vila Nova da Barquinha.
Por su parte, 'Expresso' informa que la sequía y la falta de viento han hecho descender la producción de electricidad limpia en un 41%, lo que está obligando a Portugal a usar más carbón (+ 37%) y gas.
La sequía está en los niveles de severa y extrema pero, por ahora, las reservas de agua son aceptables, dicen las autoridades hidrográficas lusas. Pero hay que tener en cuenta que si antes había un año de sequía cada diez, ahora hay dos por década. Este verano ha sido el 5º más caliente desde el inicio del siglo y la evaporación ha aumentado un 10%. Hay que estar preparados para que la sequía continúe, lo que ya se prevé hasta diciembre. Y septiembre, como se decía cuando se hablaba del campo, “o seca fuentes, o lleva puentes”.
Jaime-Axel Ruiz Baudrihaye