Junts pel si, con Romeva a la cabeza, han ganado las elecciones autonómicas catalanas, pero han perdido la mayoría absoluta que sumaban CiU y ERC y necesitarán a la CUP para poder gobernar. Eso quiere decir que, pese a la sonrisa forzada que mostró Artur Mas en la fiesta electoral, va a tener muy difícil volver a ser President de la Generalitat.
Además de la incertidumbre sobre la publicitada declaración de independencia, que la CUP pretenderá que se haga de forma inmediata, la formación del nuevo gobierno presenta muchas incógnitas. La fuerza de la CUP pese a los magros datos de representación popular que suponen sus diez escaños, es que son necesarios para poder formar un ejecutivo.
Ese nuevo Gobierno, a tenor de lo oído ayer a Junqueras y Artur Mas, va a seguir adelante con su pretensión independentista pese a no haber conseguido la mayoría de los votos. Por tanto pretenden imponer la independencia a más del cincuenta por ciento de los catalanes que no les han elegido. Así pues, si esto era un plebiscito han perdido. Y con mas contundencia teniendo en cuenta el altísimo nivel de participación.
Por tanto, si el resultado son menos escaños de los que tenían, menos votos y una manifiesta dificultad para montar un ejecutivo con tan heterogéneos mimbres, viene a cuento el dicho popular de «para este viaje no hacían falta tantas alforjas», ni la desestabilización que han provocado en Cataluña y en el resto del Estado.
«Para este viaje no hacían falta tantas alforjas», ni la desestabilización que han provocado en Cataluña y en el resto del Estado
Espectaculares resultados los obtenidos por Ciutadans quienes han crecido por encima de encuestas y previsiones sin la presencia de Albert Rivera. Arrimadas, la única mujer candidata ha convertido a su partido en la tercera fuerza del Parlament, con una campaña sosegada, sin amenazas y llena de cordura. Esta resultado pone a Rivera en una brillante posición de salida de las generales. Como malos son los datos de Podemos que ha hecho perder a Iniciativa Per Cataluña los votos que ya tenían solos.
También le ha ido bien a Iceta, ese hombre tranquilo a quien las encuestas daban los peores pronósticos y que ha salvado los muebles del PSC. Recogió una formación rota, con algunas de sus figuras históricas sumándose al independentismo, pero ha logrado los votos para seguir siendo la tercera fuerza en Cataluña.
Desaparece Unió, un partido histórico y Mas pierde sus votos, esos que le han permitido gobernar hasta ahora. Porque el gran perdedor de la noche ha sido el actual presidente de la Generalitat, ese hombre que se volvió independentista sin serlo, y que ahora tiene muy, muy difícil volver a repetir.
Victoria Lafora