Ver a una mujer a punto de jubilarse enseñar las bragas y el sujetador en pantalla, o incluso oírla escuchar que se mea en todas partes, es más indecoroso que contemplar los senos turgentes de una veinteañera de buen ver. Lo primero daña la vista, lo segundo lo agradece la misma.
¡Ya está bien de censura en TV!. Si una cadena se atreve a grabar las 24 horas diarias de un grupo de personas, y coloca cámaras hasta en el váter (los reporteros al otro lado del cristal deben ponerse «palotes» cada vez que ven a uno de los concursantes defecar), que no venga luego con que si unas cosas se pueden emitir y otras no.
¿O es que en Argentina son más libres que en España? ¿Hay un código ético distinto para el formato de 'Gran Hermano' en función del país en el que se emite? Si allí pueden ver todos los culos y tetas que muestran los participantes, ¿por qué aquí no?. Si allí no se ponen pitiditos en la web cada vez que se oye un taco, ¿por qué aquí sí?
Antes se decía que España era un país de beatas y meapilas. Eran los tiempos del franquismo, de aquella época en la que la censura campaba por sus anchas en la única televisión que teníamos por entonces. Con la democracia se nos llenó la boca de que se había acabado con todo aquello, que ya podían salir mujeres desnudas en la pequeña pantalla y cada uno decir lo que quisiera.
Ahora, nada menos que en 2015, parece que la censura sigue existiendo. Al menos, en Telecinco. La propia cadena, a través de la mismísima Mercedes Milá, lo han reconocido, asegurando que hay ciertas imágenes que no se muestran, ya sea por estar en situaciones «indecorosas» o por decir palabras que, al parecer, no se pueden reproducir en público.
La primera opción ha hecho, por ejemplo, que nos quedemos ahora sin ver a un bellezón como Niedziela como Dios la trajo al mundo. Durante un juego en el baño en el que la concursante se desvistió, les acabó preguntando a algunos de sus compañeros de la casa cuánto habían visto exactamente: «¿Me has visto las tetas? ¿Y el chirri?».
Pues no sé si Enrique se lo vería todo, pero lo que sí se es que las telespectadoras como yo no hemos visto nada de nada de una mujer que podría haber hecho que fueran muchos los que se aficionaran a ir al circo a partir de ahora, por mucho que no les gustara el olor a mierdas de los animales allí presentes o incluso que estén en contra de la explotación de los mismos. Imaginar cuántas Niedziellas podría haber bajo esas carpas sería ya suficiente reclamo como para volver a reconciliarse con el mundo del más difícil todavía.
Señores de Telecinco: «Déjennos juzgar lo que está bien y lo que está mal». ¿Por qué en 'Adán y Eva', que es también de su grupo, pueden salir tíos y tías en pelota picada y no pasa nada? ¿Les han puesto muchas demandas por ese despelote? No hagan publicidad engañosa con «eso de «el ojo que todo lo ve».
Por engañar sí que les puede caer un buen palo. O, lo que sería peor para ustedes, que se les cayeran los telespectadores desengañados con tanta pamplina. Seamos serios, nadie se va a escandalizar por ver desnudos a unos concursantes que ya saben a lo que van, y, sobre todo, que son como son. El que quiera mirar, que mire, y el que no… que cambie de canal.
La mosca