Las razones que tanto algunos expertos en sociología electoral como opinadores han dado estos días para intentar explicar el porqué de la elección por parte del Presidente de Gobierno de la fecha del 20 de diciembre para celebrar las elecciones generales, son de las que van directamente a reforzar la idea de que en algunas ocasiones a los ciudadanos se les toma por tontos. Se ha oído de todo. Desde que se ha elegido esa fecha porque de esa manera los funcionarios -un colectivo muy numeroso en el censo electoral- van a ir a votar con la paga extra en el bolsillo hasta que a dos días del sorteo de la lotería de Navidad y a cuatro de la Nochebuena, se respira un ambiente festivo, de alegría, que favorece el consumo y que eso prima al partido en el gobierno.
Quienes sostienen esas peregrinas teorías no han entendido nada o muy poco de lo que ha pasado y está pasando en el panorama político de nuestro País. Son razonamientos de la vieja política, de esa que ha llevado a los dos grandes partidos nacionales, PP y PSOE, a una situación de crisis y al nacimiento de nuevas formaciones políticas como Ciudadanos y Podemos. ¿Se imagina alguien que el funcionario «x» que ha votado en las últimas citas electorales a alguno de estos dos nuevos partidos va a cambiar su voto y dárselo al partido en el gobierno por el hecho de haber cobrado la paga extra dos días antes de las elecciones?
El PP se encuentra ante la encrucijada de movilizar y recuperar a esos más de dos millones de votos que fueron a sus siglas en las elecciones generales de 2011 y que se calcula se han quedado en casa en las últimas elecciones municipales y autonómicas. Si Rajoy y su equipo de estrategas piensan que el hecho de convocar las elecciones generales en una fecha realmente tan atípica como el 20 de diciembre va a ser un factor a su favor, es que habrá que concluir que tenía toda la razón el otro hora poderoso dirigente del PSOE, Alfonso Guerra, cuando dijo aquello de que cuando un partido político se empeña en poner en marcha su propia maquinaria de perder las elecciones, es imparable. Tengo para mí, que en el PP esa maquinaria perdedora lleva ya en funcionamiento algún tiempo.
El 20 de diciembre tendrán lugar unas elecciones muy importantes para el futuro de España. Y los ciudadanos, que no son tontos, irán a votar en persona o lo harán por correo, si en esa fecha pre-navideña no van a estar en su lugar de residencia, porque entenderán de la importancia de esa cita electoral. Pero no lo harán, porque tengan unos euros más en su bolsillo como consecuencia de la paga extra o porque haya más o menos luces de Navidad en las calles y en los escaparates de su ciudad. Los tics de la vieja política, afortunadamente, ya son cosa del pasado.
Cayetano González