…lanzara a las máximas alturas políticas a Soraya Sáenz de Santamaría? La tele es así, crea personajes que si no fuera por su participación en tertulias jamás habrían destacado en lo suyo por buenos que fueran en lo suyo, y destroza la imagen de otros que creyéndose muy relevantes en política, se hunden en la aceptación pública porque muestran un gesto desabrido, la cámara no los quiere, o su timidez enfermiza les hace parecer distantes.
El panorama político español está plagado de figuras que se hicieron un nombre a través de su participación en debates de televisión –Pedro Sánchez, Albert Rivera, Pablo Casado, Juan Carlos Monedero, Begoña Villacís, Tania Sánchez …- y en cambio han quedado arrinconados algunas de las mejores cabezas que no han querido o no han sabido moverse con soltura en los platós.
El baile de Soraya Sáenz de Santamaría en El Hormiguero ha supuesto para muchos el “descubrimiento” de la personalidad de la vicepresidenta, y aunque el baile le salió verdaderamente muy bien –ya se había ocupado de aprender previamente los pasos poco antes de que el regidor pidiera silencio- la mejor Soraya es la que respondió a las preguntas poco habituales de Motos, Trancas y Barrancas. Es ahí donde encandiló a muchos que no imaginaban su espontaneidad y su conocimiento del funcionamiento de las estructuras del Estado. Hasta el punto de que gente en la calle ha parado a esta periodista para preguntarle por qué no es la vice candidata a la presidencia. Que también se lo preguntó Pablo Motos, por cierto. Pero no van por ahí los tiros. De momento, claro.
El baile de Soraya Sáenz de Santamaría en El Hormiguero ha supuesto para muchos el “descubrimiento” de la personalidad de la vicepresidenta
En el PP andan mal. Los datos que manejan son muy preocupantes, solo les tranquiliza que son peores aún los del PSOE. Siempre según esos datos ni le alcanzaría al PP con Ciudadanos para alcanzar los 175 diputados, ni tampoco el Psoe llegaría a esa cifra con Podemos. Sí podrían sumar PP y Psoe, pero Sánchez no quiere ver esa fórmula ni en pintura. A no ser que ese superpacto, la gran coalición del modelo alemán, le llevara a La Moncloa. Suponemos. En cualquier caso, más vale no tomar los sondeos al pie de la letra, quedan dos meses largos por delante y en política dos meses pueden cambiar el mundo. Un error en campaña, una noticia inesperada, la aparición de un personaje que espera al último minuto para lanzar un infundio, puede echar por tierra todo lo que se daba por seguro.
12 de octubre. El gobierno lleva dos meses en la tarea de conseguir que la Fiesta Nacional se convierte en un homenaje a España, a la bandera y al himno español después de los gestos anti que se han sucedido en este año, con ese afán de cambiar nombres de calles, retirar bustos del Rey Juan Carlos y quitar la enseña nacional de lugares emblemáticos. Ay, Sánchez, a qué gente has llevado a las más importantes alcaldías. Los eurodiputados de Podemos e Izquierda Unida cometieron la falta de educación de levantarse del hemiciclo del Parlamento Europeo cuando tomó el Rey la palabra. Mientras Juncker escribía un tuit en el que confesaba su emoción al escuchar las palabras de D. Felipe, esos eurodiputados dejaban una bandera republicana en sus escaños vacíos.
Mucha hipocresía la que se ha visto en Estrasburgo. Esos eurodiputados se presentaron candidatos siguiendo las normas y leyes españolas; gracias a esas leyes y normas consiguieron un escaño por el que reciben sin herniarse demasiado un más que abultadísimo sueldo, muy superior al del presidente de gobierno, y cuando llega el momento de que el Jefe de Estado se dirige a la Cámara en la que representan a España, se marchan para expresar así su desprecio al Rey y a la bandera. Se comprende que sean tantos los socialistas a los que saque de quicio el apoyo que ha dado su partido a esos personajes.
Muy buena idea la de dar la máxima relevancia este año a la Fiesta Nacional. Incluso Maduro, a quien tanto admiran Iglesias y sus seguidores, respeta la bandera de su país.
Pilar Cernuda