En todo tipo de cenáculos madrileños, barceloneses e incluso en Cámaras de Comercio provinciales, los enterados oficiales manejan con soltura la especie que han logrado introducir en su mundillo económico de opinantes bajos en colesterol, en azúcar y también en inteligencia y decencia ideológica. Todos dicen lo mismo o parecido: el Ibex 35 está apoyando a Ciudadanos para conseguir un gobierno de coalición Psoe-Ciudadanos tras el 20 de Diciembre.
Hay que preguntarse cuál pudiera ser la razón de que las grandes empresas españolas estuvieran en empeño tan extravagante.
Es cierto y comprobable que los beneficios de estas grandes empresas en épocas socialistas han sido siempre cuantiosos-obscenos diría un izquierdista- y que buena parte de las causas de esta salud económica estaban en la contradicción que para los socialistas suponía freír a impuestos a la clase media mientras concedían graciosamente abultadas deducciones a las grandes empresas. La actividad de Zapatero en este sentido fue paradigmática: deducción por gastos financieros, por fondo de comercio, deducciones por libertad de amortización, deducciones por pérdida de valor de participadas extranjeras…una maraña de suculentas evasiones fiscales legales. Esto producía que mientras teóricamente los beneficios de las grandes empresas eran el 30% de los beneficios, teóricamente, repito, la realidad es que tributaban alrededor de un raquítico 3%.
El Gobierno de Rajoy no ha debido saber contar bien que en su empeño por distribuir las cargas de la crisis y poner orden en esta legislación tan poco ortodoxa que dificultaba el circulo virtuoso de una economía moderna, quitó todas las deducciones menos dos, la deducción por invertir en I+D y la deducción por reinvertir beneficios, El resultado de ello ha sido que los ingresos públicos que provienen de los impuestos que pagan los beneficios de las empresas han subido mucho. Muchísimo. A más del doble en los estudios menos optimistas, a mucho más en otros muy variados.
Es posible que algunos de los altos ejecutivos de estas empresas estén pensando en la coalición de dos partidos con dos dirigentes con escasa o nula experiencia de gestión política, e incluso profesional, pueda resultarles de interés. Un interés sospechoso. A estos nuevos mandarines ocultos de la producción cinematográfico-política habría que recordarles el dudoso éxito de la Operación Roca, que las jugadas de póker en política son muy arriesgadas y que no está el panorama económico europeo para frivolidades. Ascender una incógnita al poder casi siempre genera nuevos problemas y no soluciona los que ya había.
El programa económico del PSOE no es fiable; es como sus listas electorales que las presentan dos veces porque varían según el día y el capricho del dirigente máximo. Iban a derogar la rigurosa y hasta tímida reforma laboral de Rajoy y se han rendido a la evidencia de su incuestionable necesidad. Lo de Ciudadanos invita a mirar su puerilidad con ternura. Rivera cuando habla de economía parece Miss Carolina del Norte cuando dice que lo que más desea es la Paz en el Mundo, unos día sube los impuestos, otro dice que los baja, los meses de verano rescata el estúpido impuesto del Patrimonio los de otoño no está seguro y en invierno no sabe lo que es.
Manipular entre bambalinas para condicionar la contienda electoral puede generar monstruos. Si es cierto que algunos del IBEX 35 están pensando en ese experimento no dudaré en recordarles que jugar a la ruleta rusa no es propio de personas cuerdas. Y menos de hombres de empresa serios.
Juan Soler
Senador por Madrid
Juan Soler