domingo, septiembre 22, 2024
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100 días con Cifuentes

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He coincidido en política con Cristina Cifuentes desde nuestros inicios. Incluso nuestras vidas profesionales han corrido de cierta forma en paralelo. Comenzamos ambos, de forma precoz, en la universidad, hemos sido Directores de Colegio Mayor, algo que imprime carácter, hemos transitado por diferentes cometidos en el ámbito académico y más tarde nos hemos incorporado en la política en los mismos equipos también a una ilógica edad temprana, primero con Alberto Ruiz Gallardón y más tarde con Esperanza Aguirre. Y nunca nos han regalado nada. Cada uno de nuestros destinos nos los hemos ganado con mucho esfuerzo y poca ayuda. Somos adictos al trabajo y en el ámbito político esto te convierte en sospechoso, incluso peligroso y peligrosa para los posibles competidores, lo que comporta en muchas ocasiones complicaciones y sinsabores.

Hace algo más de cuatro años fui candidato a la Alcaldía de Getafe y poco después ella era nombrada Delegada del Gobierno en Madrid. Contra pronóstico yo gané en Getafe y fui su Alcalde y ella desarrolló la mejor labor en la Delegación del Gobierno en Madrid que se haya conocido en democracia. Ningún delegado ha tenido su proyección y su reconocimiento, en el momento más difícil para un Delegado del Gobierno en Madrid, un lugar geográfico y político siempre difícil. En esto no hay paralelo, claramente colocó a Cristina en un escalón político que condujo a su candidatura a la Comunidad de Madrid.

En el ámbito ideológico también he coincidido con Cifuentes muchas veces. El Partido Popular siempre, y subrayo siempre, es su espacio. Conoce los desmanes del socialismo y las izquierdas diversas  en la gestión económica en particular y en la gestión en general, en su empeño en el error por sus prejuicios ideológicos y en el tremendo sectarismo con que conducen su acción política. Y está claramente en el centro en cuanto a política que tiene que ver con los temas que afectan al ámbito privado. Ha señalado el error de nuestro partido en llevar al Constitucional el matrimonio entre personas del mismo sexo desde el primer momento, le gusta escuchar y si le dan razones sólidas varía su criterio en función de la verdad sólida que le expongan. En todo ello coincido.

El no parar de Cifuentes ha generado decisiones y políticas que la han colocado como uno de los mejores y más claros referentes del PP

Se acaba de cumplir el periodo de cien días que al parecer se le da a un gobernante como periodo de gracia cuando accede al puesto. Digo al parecer porque lo cierto y verdad es que a Cifuentes no le han dado ningún periodo de tranquilidad. Ninguno.

El día que la nombraron candidata pocos dudaban que fuera muy buena candidata. Le avalaba una gran gestión en la Delegación del Gobierno, su perfil centrista y el estar muy, muy lejos de los problemas de corrupción que habían atenazado al Partido Popular. También es cierto que muchos pensaban, quizás interesadamente por un deseo torcido, que no alcanzase el gobierno fuese la previsión más acertada. Pero lo consiguió. Fue la gran alegría de la noche electoral y el consuelo de tantos que probaron el sabor amargo de la derrota esa noche. A algunos se les quedó cara de tontos. Peor para ellos.

Primero consiguió un pacto con Ciudadanos que no tendría que haber sido tan laborioso porque el Programa de Cifuentes no era muy distante del proyecto electoral de Ciudadanos y su actitud fue abierta y proactiva. Cierto es que el PSOE y sus terminales se dedicaron a embarrar el campo con todo tipo de difamaciones, falsedades y juego sucio. Y la bisoñez de Ciudadanos les hacía temblar y quejarse. El postureo también tuvo que ver en esa dureza impostada de Ciudadanos, quizás porque les faltaban verdaderas razones y lo sustituían con música para camaleones: cuentos y entrevistas.

Han pasado cuatro meses desde que es Presidenta y su no parar ha generado decisiones y políticas que la han colocado como uno de los mejores y más claros referentes del Partido Popular. El relato pormenorizado del acierto y buena acogida de sus medidas excede la longitud de un artículo, pero la realidad es que nadie duda que hoy, independientemente de la situación del Partido Popular, ella conseguiría mucho mejor resultado que el 24 de Mayo. Y no se lo han puesto fácil. Ciudadanos no para de coincidir con la izquierda y la extrema izquierda en las votaciones de la Asamblea de Madrid, los ataques tendenciosos a miembros de su equipo, la brutalidad de algunos ataques de la izquierda, en fin, la política más oscura contra la gestión más clara. No, no se lo ponen fácil. Pero tampoco la conocen, cuanto peor se lo pongan, mejor lo hará. No, no la conocen.

Juan Soler

Senador por Madrid

Juan Soler

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