Hay politólogos que tienen bastante de cantamañanas y realizan análisis de una simpleza que sorprende en quienes se autocalifican con título tan rumboso, pero los hay también que trabajan en lo suyo con seriedad, rigor y conocimiento real del terreno resbaladizo e irregular en el que se mueven, por eso es tan difícil el acierto.
Entre estos últimos, que no son tantos pero merece la pena escucharlos, se encuentra uno que ha asesorado a personalidades relevantes dentro y fuera de España, y que además de ofrecer un punto de vista aparentemente serio, aportaba a esta periodista algunos datos que vale la pena tener en cuenta.
Explicaba que en Ciudadanos se da una situación curiosa. En las elecciones europeas, y sobre todo en las autonómicas y municipales, se ha nutrido fundamentalmente de votantes del PP, lo que ha advertido cualquiera que se haya tomado la molestia de ver dónde crecía Ciudadanos, que coincidía con los lugares en los que descendía el PP respecto a elecciones anteriores. Esos votos es difícil que los recupere el PP que, si pretende mejorar resultados respecto a las dos últimas contiendas electorales tendrá que hacer el esfuerzo de recuperar a aquellos que confiaron en sus siglas y que, decepcionados, antes que votar a otro partido, se quedaron en casa y se sumaron a la abstención.
Ese trasvase desde el PP está por tanto está casi cerrado, Ciudadanos no sumará más adeptos de ese partido de los que ya ha sumado … y en estos momentos son personas que votaron al Psoe los que miran a Ciudadanos. Desencantados por la forma en que lleva Pedro Sánchez el partido, y desencantados sobre todo por sus acuerdos con Podemos, se sienten atraídos por Albert Rivera y los suyos. Aunque explicaba este politólogo que la actitud firme de Sánchez ante el independentismo catalán está dando una nueva dimensión al secretario general socialista, en positivo, al igual que ocurre con Rajoy, que ha empezado a recuperar parte del terreno perdido. Al menos en parte.
El problema para Sánchez es que no solo nutre a Ciudadanos, sino que Podemos le está arañando votos por la izquierda. El fichaje del ex general Rodríguez –muy cercano, o eso parecía, a los socialistas- no le ha hecho mucho daño al Psoe, aunque sí a la imagen del ex Jemad; pero en cambio el de Javier Pérez Royo ha provocado una auténtica conmoción. Porque el catedrático era una de las caras con las que el Psoe siempre contaba desde años atrás para las cuestiones jurídicas y constitucionales complicadas, amigo personal de muchos de los más importantes hombres y mujeres de la historia reciente del socialismo, y una referencia permanente. Es decir, y como conclusión, que a Pedro Sánchez le hacen la guerra desde todos los frentes, a su derecha y a su izquierda. Se comprende que algunos de sus más cercanos colaboradores estén en un ay, y no lo ocultan, aunque Sánchez mantiene el ánimo alto y las ganas de pelear por los votos, estén donde estén, debajo de las piedras.
El problema para Sánchez es que no solo nutre a Ciudadanos, sino que Podemos le está arañando votos por la izquierda
Lugar, debajo de las piedras, donde deben estar las personas que siempre se han identificado con lo mejor de Convergencia Democrática de Catalunya. La CDC de toda la vida ha perdido a sus grandes, además de quedarse sin su socio eterno, Unió, un partido que sumaba. Aunque en solitario, se acaba de demostrar, no ha tenido suficiente vigor como para entrar en el parlamento catalán. Pero cualquiera que mire un poco atrás tiene motivos para preguntarse dónde están aquellos que crearon el que fue el principal partido catalán. Pujol, con el corazón en un puño porque algunos de sus hijos pueden acabar en prisión; Peñafreta y Maciá Alavedra, fuera de juego por la corrupción, también han conocido la cárcel. Miqel Roca ha pedido el voto para Durán, Xavier Trías en paradero desconocido tras perder la alcaldía de Barcelona… ¿Y Mas? Negociando como loco con la CUP para intentar ser reelegido presidente de la Generalitat aunque tenga que humillarse cada día más que el anterior.
Y pensando un nombre para su nuevo partido, porque CDC ya no vende. Mejor dicho: nadie le compra.
Pilar Cernuda