lunes, septiembre 23, 2024
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¡Más que suerte!

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El auge de las apuestas deportivas online es imparable. En 2014 las apuestas deportivas online subieron un 43,78 % respecto al año anterior, con un volumen total de 2.858,28 millones de euros apostados. El margen de juego fue de 135,49 millones de euros, un 4,73 % de lo apostado, y un 21,58 superior al margen del 2013. Estos datos, publicados a finales de junio por la Dirección General de Ordenación del Juego en su Memoria Anual 2014, muestra una clara tendencia alcista del segmento de las apuestas deportivas online, muy superior al conjunto del juego nacional. Otro dato destacable es que el juego online ha pasado del 21,20 % del total de cantidades jugadas al 23,40 %, a pesar de una bajada significativa en el segmento del póquer online, principalmente por la fiscalidad a la que están sometidas las ganancias, libres de impuestos en otras administraciones como Portugal y el Reino Unido.

Es cierto que la mayoría de los apostantes terminan el año con pérdidas, y eso año tras año. Esto es verdad online lo mismo que con el juego presencial. En la Loteria de Navidad, la probabilidad de ganar “El Gordo” es inferior al 0,01 %, y en el Euromillión es inferior al 0,000001 %. Es decir, la inmensa mayoría de los que juegan pierden su inversión, online o presencial, da igual.

Una diferencia importante, sin embargo, es que en las apuestas deportivas online también los hay que ganan. Son pocos y no suelen alardear de ello. En el Reino Unido se estima que son alrededor del 2 por 100 los jugadores que ganan lo suficiente para sobrevivir como profesionales del juego, y que otro tanto o un poco más, quizás hasta en 5 por 100, ganan algo pero no suficiente para sobrevivir sin otros ingresos. Otros estudios, mas optimistas, demasiado optimistas probablemente, afirman que hasta un 10 por 100 de los jugadores ganan algo al final de año, pero añaden que son pocos los que consiguen ganar para vivir como profesional del juego.

En el plano fiscal las ventajas de las que disfrutan los británicos son por supuesto también importantes, ya que el juego se considera una diversión y las ganancias eventuales se quedan libres de impuestos. Los impuestos los pagan las casas de apuestas. En España los impuestos los pagan las casas de apuestas y también los jugadores ya que aquí las ganancias del juego tributan como ganancia patrimonial en el IRPF. Pero las pérdidas sólo se pueden compensar hasta un importe igual, como máximo, al de las ganancias.

En este contexto estamos hoy. Hay un realidad económica imparable, un conjunto casi interminable de ofertas, y una rentabilidad muy cuestionable para la gran mayoría. Las casas de apuestas siempre ganan. Hacienda también. Ahora lo importante, para el aficionado, es intentar ganar un poquito también. Sistemas no faltan. Engañabobos tampoco. Como en el mundo real, en este mundo virtual nadie da duros por pesetas. El apostante aficionado al juego tiene poco que hacer, nada, o casi nada. Es un mundo para inversores y calculadores. Especular quizás no sea la palabra correcta en el contexto actual, aunque se utiliza mucho. Los que ganan, mucho o poco, no dejan nada a la casualidad.

¿Existe la suerte? La suerte pura existe, cierto, pero incluso en su forma más generosa necesita de una aportación personal. No te puede tocar el Gordo de Navidad si no compras ningún décimo. Esta realidad simplificada al máximo es el reflejo popular de que hace falta un mínimo de inversión, en dinero y tiempo y dedicación, para llegar a un posible aunque muy improbable beneficio. Para aumentar la posibilidad de beneficio se necesita paciencia, estudio y trabajo, y una mínima inversión. Cualquier negocio necesita una inversión, eso está claro. Y trabajo. Y formación. Y conocimiento. Luego la suerte puede ayudar, pero la pura suerte es muy aleatoria y poco fiable. En realidad la suerte se asemeja más una definición atribuida originalmente a Séneca y Voltaire: “La suerte es lo que ocurre cuando la preparación coincide con la oportunidad”, una definición que muchos personajes han repetido después como propia. Esta suerte es la que resume, en pocas palabras, el pensamiento básico de nuestro blog.

Aquí entraremos, poco a poco, en el complejo mundo de la apuestas deportivas online. El primer objetivo será aprender a no perder. Y cuando lo hayamos conseguido, intentaremos ganar un poco. Ganar mucho ya es harina de otro costal, pero también exploraremos estas vías. Analizaremos con paciencia y esmero las posibilidades más rentables, los trucos más atractivos y las oportunidades más interesantes. Pero todo lo haremos siempre con el cauteloso “Caveat emptor”, la regla número uno del inversor precavido. 

Caveat emptor,
Lord C.

LordC

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