Variopinta y complicada contra el Califato/Estado Islámico aunque necesaria contra este terrorismo yihadista encarnado antes por Al Queda, que persiste. El Califato alienta atentados no sólo en Europa. Asimismo donde predomina el Islam como en Túnez o Bamako. Su ferocidad matando indiscriminadamente, cortando cabezas y manos, quemando gente, despeñando a homosexuales e imponiendo una Sharia medievalista a latigazos y lapidaciones no es representativa del Islam pero lo está machacando.
Debe el mundo islámico subrayar aún más su repulsa. Deben involucrarse decididamente en la erradicación del yihadismo aquellos países musulmanes más inmersos en los contenciosos del Oriente Medio como Arabia Saudí (suní) e Irán (chií) además de Irak y Siria, entre otros. La Liga Árabe puede ser un instrumento apropiado. Debe atajarse la financiación al yihadismo.
La coalición, que tendría que aglutinar a estos países, tiene que superar dificultades y contradicciones internas. Sus operaciones militares necesitan coordinarse. Difícil será llegar a un mando militar único, deseable, pues ni rusos ni americanos aceptarán estar subordinados los unos a los otros. Francia podría desempeñar, quizás, un papel coordinador pero no dejaría de ser un apaño para una coalición apenas estructurada. Las contribuciones europeas están siendo ayudas bilaterales a Francia y no una reacción de la propia UE a pesar de invocar Paris la defensa colectiva del artículo 42,7. La cuestión más espinosa es la de quien pondrá en tierra las tropas necesarias para reconquistar los territorios del Califato. Tendrían que ser árabes. ¿Posible? Muchos son escépticos.
Mientras norteamericanos y franceses centran su aviación contra objetivos militares del Califato, los rusos actúan en Siria esencialmente en apoyo de su protegido Asad que se refuerza internacionalmente ante la prioridad de la lucha contra el Califato. Por ello Moscú bombardea en Siria a milicias turcomanas enemistadas con Asad y fronterizas con Turquía que las protege. El sobrevuelo de territorio turco por un bombardero ruso para atacar objetivos turcomanos, tras otros sobrevuelos rusos ilegales previamente denunciados por Ankara, provocó su derribo por cazas turcos.
Es un «juego» conocido y controlado desde décadas pero nadie es inmune a errores de apreciación y cálculo
Enfurecido, Putin suprimió una visita de su ministro de Exteriores a Ankara, reinstaló visados y anunció “otras consecuencias negativas”. Afirma que desplegará baterías antiaéreas en torno a sus bases en Siria. Algunos acusan a Turquía de sobreactuación. Ankara argumenta las reiteradas violaciones rusas de su espacio aéreo y que este bombardero ignoró muchas advertencias. Los rusos jugaron con fuego y se quemaron. Jens Stoltenberg, Secretario General de la OTAN, de la que Turquía es miembro, pide serenidad a las dos partes. Conviene recordar que Moscú ha recreado en el Báltico y en el Atlántico Norte el clima conflictivo del pasado con sobrevuelos militares sin avisar que obligan a salidas aéreas aliadas de comprobación y, eventualmente, rechazo. Es un «juego» conocido y controlado desde décadas pero nadie es inmune a errores de apreciación y cálculo.
La relación entre rusos y turcos siempre son difíciles. Obedecen ahora a intereses muy concretos o a reacciones turcas ante su alejamiento de la Unión Europea. Este derribo y los intereses encontrados de los distintos actores militares contra el Califato evidencian la necesidad de abordar juntos las soluciones políticas y económico-sociales necesarias en el Oriente Medio.
En la Unión Europea se percibe una tendencia, tanto por razones de terrorismo como de flujos migratorios, sean o no refugiados, hacia una identificación certera de cualquiera que pase por sus fronteras exteriores y, también, a limitar ahora la acogida de refugiados. La UE precisa un control fronterizo coordinado y centralizado. Asimismo deben mejorar las políticas de integración para superar los guetos de pobreza donde se hacinan generaciones de inmigrantes resentidos con los países de acogida de sus padres o abuelos y de los que son nacionales. Intercambios de información e inteligencia sobre yihadistas reales y potenciales son imprescindibles.
En ayuda francesa los alemanes mandan al Mediterráneo oriental una fragata y aviones de reconocimiento así como 650 hombres a Mali. Esto último querían hacer Rajoy, Morenés y Margallo antes de asustarse por el atentado de Bamako. Asustarse por nuestras elecciones, naturalmente. ¿Solo se pueden enviar tropas donde no hay riesgos? ¿Es esta nuestra solidaridad con Francia y Europa? ¿Qué pasará cuando la pidamos nosotros? Rajoy gobierna y es a quien tocaba «mojarse» el primero mirando a Francia y no a los sondeos. En esto Pedro Sánchez, dispuesto a ayudar ya a Francia, muestra que tiene madera de hombre Estado. Los británicos votarán esta semana en el Parlamento su eventual contribución. Los laboristas están profundamente divididos.
Los radicales Podemos, Izquierda Unida y Alcaldes/as afines tocan a rebato para que España, como en tiempos de Franco, sea un bicho raro aislado de Europa, su hábitat natural. Podemos quiere a un militar como ministro de Defensa lo que no ocurre en ningún país de la Alianza o de la Unión Europea. Obviamente Iglesias se inspira en otros paises…
Carlos Miranda
Embajador de España
Carlos Miranda