Desde que el gobierno venezolano del narcodictador, déspota y antidemócrata de Nicolás Maduro convocó elecciones legislativas en Venezuela para el próximo seis de diciembre, lo hizo por supuesto y como no podía ser de otra manera proviniendo del alumno aventajado de Chávez, de malas ganas y maneras, colocando su maléfica impronta y elaborando las reglas del juego que favoreciesen al chavismo y perjudicase a la oposición venezolana.
Maduro ha tomado esta nueva decisión de machacar una vez más a la oposición porque sabe que en todas las encuestas que maneja le dan una victoria amplia a los partidos unidos de la oposición y la derrota al chavismo, y si eso se produjera sería perder el control legislativo del país sudamericano.
Como buen caudillo, Maduro que se jacta de la limpieza de sus elecciones, lo único que ha empezado es a limpiar a la oposición. O mejor dicho, sigue en su cruzada de cargarse a todo aquel que pretenda ir contra los designios de los planes chavistas revolucionarios, planes estos que están llevando a Venezuela al desabastecimento, donde no hay ni pañales ni papel higiénico en la mayoría de los supermercados. Donde hay un mercado negro de productos de supervivencia como en las postguerras conocidas en Europa, y donde entre otras tragedias hay una doble economía con un cambio diferente de la moneda nacional en el mismo mercado negro, por no hablar de que es uno de los países más inseguros del mundo, donde todos los días hay decenas y decenas de asesinatos en sus calles y barriadas. Esto, que parece mentira que puede suceder en un país con recursos naturales increíbles, entre ellos el petroleo, es la dantesca radiografía de lo que significa el revolucionismo chavista bolivariano.
La nueva táctica de Maduro, no es novedosa, ya la acuñó Chávez, y no es otra que procesar o encarcelar, o destituir o inhabilitar a todo aquél que quiera encabezar listas electorales contra el chavismo. Hace años, en tiempo de Chávez, el líder opositor Rosales y profesionales de los medios de comunicación tuvieron que coger la maleta y salir a toda prisa del país antes de que los detuvieran y los encarcelaran los gorilas de la policía chavista. Menos suerte han tenido los Leopoldo López o el alcalde de Caracas, Antonio Ledesma, u otros dirigentes que son gobernadores de provincias desafectas al régimen chavista que están entre rejas o recluidos en sus casas por orden gubernamental envuelta en decisiones tomadas por jueces chavistas. No olvidemos tampoco la jugada de Maduro de inhabilitar a la valerosa María Corina Machado a presentarse como diputada nacional alegando cualquier justificación pueril, y que por supuesto a estas alturas nadie se traga esas milongas chavistas en Venezuela.
Me temo que Maduro hará todo lo posible para que el resultado final no concuerde con lo que dicen todas las encuestas publicadas
A pocos días de esas elecciones legislativas el caso es que el chavismo liquida físicamente a los dirigentes de la oposición como ha sucedido esta misma semana, impide que organismos internacionales serios acudan como observadores a las elecciones del próximo domingo, y además ya está arengando a su gente para hacer un pucherazo de las elecciones e incluso buscar fórmulas para que ante un previsto triunfo de la oposición no lo acepte y pegue un golpe de estado sobre sí mismo.
El chavismo sabe que se juega mucho en esas elecciones y que no pueden perder de ninguna manera el control del poder que ejercen desde la Asamblea Legislativa con mayoría absoluta, por eso controlan el centro electoral manteniendo como presidenta a una marioneta de Maduro, cuyo mérito es ser amiga de la esposa candidata del Presidente de Venezuela. Y teniéndola a ella en ese puesto me temo que Maduro hará todo lo posible para que el resultado final no concuerde con lo que dicen todas las encuestas publicadas, y como buena dictadura que es con elecciones o sin elecciones, se perpetuarán en el poder haciendo todo lo que sea necesario para conseguirlo demostrando que tienen muy poco de democracia.
Carlos Iturgaiz