jueves, septiembre 19, 2024
- Publicidad -

Los héroes olvidados

No te pierdas...

Resulta que Marruecos se independizó de España y Francia en 1956. Dicen los políticos actuales con su palabrería correcta que somos aliados, íntimos amigos, vamos que compartimos cama incluso. Pero la verdad es que nos hemos dado de ostias durante siglos.

Y lo cierto es que muchos de los héroes que ha dado nuestra tierra, lo fueron luchando contra los moros y eso es cuestión de no olvidarlo.

Como iba diciendo, un año después, en noviembre de 1957, Marruecos decide tomar nuestras últimas posiciones a la brava, pero eso sí, sin mojarse. En lugar de utilizar su ejército, monta una milicia paralela-¿les suena?-, de tropas irregulares- Putin sabe mucho de estas cosas-sin distintivos, pero auspiciada y armada por el régimen de Rabat.

El Régimen de Franco se ve sometido a un ataque irregular, pero no puede utilizar las recientes armas modernas adquiridas a Estados Unidos, porque este país se lo prohíbe, con lo que había que ver el careto que se le queda a nuestros generales por el “regalito” de los yanquis. Así que la guerra se distingue por el empleo de viejos aviones, barcos y blindados de la Segunda Guerra Mundial, que los nuestros tenían prácticamente para chatarra. Afortunadamente, la pericia de los mecánicos españoles es legendaria-te arreglan el ala de un avión con cinta americana y tirando-, y las armas son puestas al día en tiempo record.

El denominado Ejército de Liberación Marroquí, ataca en la provincia española del Ifni, y es necesario mandar tropas expedicionarias. Tropas que no olvidemos estaban compuestas por soldados de reemplazo. Campesinos andaluces, oficinistas madrileños, pulpeiros gallegos y gentes de todas las Españas son destinados a defender las penúltimas posesiones del añorado Imperio español.

La guerra pasa desapercibida para la opinión publica ya que el Régimen la oculta, quizás por miedo a una derrota que pueda provocar convulsiones sociales y políticas. Por eso, la guerra del Ifni será llamada “la guerra olvidada”. También hay que tener en cuenta que los políticos de la actualidad, han querido olvidar-y mucho menos mencionar-, no ya el citado conflicto, sino  al menos, la memoria de los hombres que regaron con su sangre la tierra africana.

El día 13 de Enero de 1958, la XII Bandera de la Legión, bajo el mando del Comandante Rivas Nadal-como el tenista-, parte hacia El Aaiún, en misión de reconocimiento. Su destino es Edchera. Al frente de la tropa avanza la segunda compañía al mando del Capitan Jauregui. La primera compañía queda en reserva. La tercera sección de esta compañía la mandaba el Brigada Francisco Fadrique Castromonte, un vallisoletano de pura cepa, de esos que llaman al pan, pan y a España, España, no el Estado español. Los hombres avanzan por un cauce seco, pedregoso, duro de caminar.

Suenan los primeros disparos, y la tercera sección se ve cercada de repente por el enemigo. Resulta imposible solicitar refuerzos y los marroquíes atacan con impetuosidad. Los lejías están tirados en el suelo, a merced del fuego. Es un infierno de plomo. Sudan la gota gorda por el puto sol africano  y muchos recuerdan su pueblo gallego o el pescaito frito de Andalucía. Otros a la novia. Algunos a su mujer y a sus hijos.

El Brigada Fadrique, de 39 años de edad, se encuentra en una grave tesitura: si mantiene la posición, perderá a todos sus hombres. Además ha sido herido de bala en el hombro y otra le ha roto la clavícula. Las bajas comienzan a ser insoportables, por lo que el Brigada ordena a sus hombres que recojan a los heridos y se retiren. El cubrirá la retirada con un fusil ametrallador, acompañado de dos cabos y un legionario que se niega a retirarse. Se trata del caballero legionario Juan Maderal Oleaga, natural de Vizcaya, nacido en Erandio-Vasco con dos cojones-, de 21 años, cuyo hermano mayor, también legionario será asesinado posteriormente por ETA.

Una vez que los hombres están a salvo, el Brigada ordena a los cabos que se retiren, lo cual hacen a su pesar. Juan Maderal Oleaga se queda con su Brigada, en uno de los actos de lealtad y heroísmo más hermosos que he conocido. No dejara solo a su Mando. O se salvan los dos, o mueren juntos.

El Brigada dispara en semicírculo a los moros, que atacan desde todos los flancos. El legionario Juan Maderal, le provee de munición hasta que es abatido de un disparo y su cuerpo cae desmadejado y roto entre las piedras grises. El Brigada continúa disparando a pesar de recibir un disparo en el vientre. Cae de rodillas, la visión se torna borrosa. Otro disparo le da en la cabeza, acabando con su vida.

Los cuerpos de los dos caballeros legionarios quedan tendidos en el suelo, con los brazos en cruz, como Jesucristo.

De los treinta y un componentes de la sección, veinte causaron baja, incluidos el jefe y los tres mandos de pelotón.

Ambos hombres fueron condecorados con la Cruz Laureada de San Fernando, la máxima distinción militar española. En 1980, la estatua que recordaba a Juan Maderal  Oleaga en Erandio, fue arrancada y arrojada a la ría de Bilbao por unos malnacidos que así mismo se llaman “gudaris”. Actualmente se encuentra en las dependencias de la base Alvarez de Sotomayor en Almería, escondida al público para mayor escarnio de la memoria del héroe.

Es hora de que enseñemos nuestra historia a los jóvenes. Es hora de que no sintamos vergüenza de nuestros héroes. Es hora de que estos dos tíos, caballeros legionarios por más señas, tengan una calle en nuestras grandes ciudades.

Se lo merecieron.

José Romero

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -